AP.- Para los activistas de préstamos estudiantiles, la semana comenzó con esperanza cuando el presidente Joe Biden dio su indicación más clara de que estaba considerando cancelar la deuda federal en lugar de simplemente permitir que los prestatarios difieran los pagos durante la pandemia.
Pero eso pronto dio paso a la decepción cuando Biden señaló días después que cualquier alivio de la deuda sería mucho menor de lo que querían los activistas. Así que Melissa Byrne, una de las organizadoras que ha estado al frente de la carga, volvió al trabajo.
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Primero, tuiteó que los activistas deben “intensificar” sus esfuerzos, mantenerse “cálidos + confusos” y “luchar hasta que ganemos”.
“El personal de la Casa Blanca lee los tweets”, explicó. Luego, ella y sus aliados se sumergieron en sus chats grupales mientras consideraban formas de mantener la presión. “Tenemos que estar atentos al premio”, dijo Byrne.
La ráfaga de actividad llega en un tramo crucial, con Biden diciendo que tomaría una decisión en las próximas semanas. Después de prometer abordar el problema durante su campaña para presidente, ahora está sopesando cuánta deuda de préstamos estudiantiles federales debería cancelarse y quién debería beneficiarse.
Los críticos advierten que perdonar la deuda podría enojar a los votantes que ya pagaron sus préstamos, y los republicanos describen la idea como un obsequio político en un año electoral de mitad de período. Sin embargo, un enfoque expansivo podría animar a los jóvenes a quienes los demócratas ven como una parte central de su coalición, lo que permitiría a Biden obtener resultados concretos cuando muchas de sus propuestas de izquierda siguen estancadas en el Capitolio.
John Della Volpe, director de encuestas del Instituto de Política de la Escuela Kennedy de Harvard, dijo que la condonación de préstamos estudiantiles es “una piedra angular en la relación entre el presidente Biden y los jóvenes estadounidenses”.
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Sin votantes jóvenes a bordo, “no tenemos una Cámara demócrata, un Senado demócrata y un presidente demócrata”, dijo Della Volpe, quien trabajó como consultora para la campaña de Biden.
Alrededor de 43 millones de estadounidenses deben $1.6 mil millones de dólares en sus préstamos estudiantiles, más que las tarjetas de crédito o los pagos del automóvil. Es un problema creciente para los jóvenes, que se han endeudado cada vez más para financiar su educación cuando ha disminuido la financiación pública para las universidades.
Y es un desafío que Biden ha experimentado personalmente. Mientras se postulaba para el cargo, le dijo a un estudiante en New Hampshire que “terminó con una deuda de más de $280 mil dólares” para pagar la universidad y la escuela de posgrado de sus tres hijos. “Lo entiendo”, dijo.
En una encuesta de estadounidenses menores de 30 años realizada por la Escuela Kennedy de Harvard y publicada el lunes, el 85% dijo que el gobierno federal debería tomar alguna medida sobre la deuda de préstamos estudiantiles.
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Sin embargo, las opiniones estaban divididas sobre el mejor camino a seguir. Aunque el 38% apoyó la cancelación total, el 21% quería que se diera ese paso solo para aquellos con las mayores necesidades financieras. Además, el 27% quería que el gobierno ayudara con el pago, pero no con la cancelación de la deuda.
Biden dijo el jueves que todavía estaba considerando qué hacer. “Estoy en el proceso de analizar detenidamente si habrá o no una condonación de deuda adicional”, dijo. “Y tendré una respuesta sobre eso en las próximas semanas”.
Es posible que su idea incluya pruebas de medios, lo que implica limitar por ingresos quién vería perdonadas sus deudas.
“Ha hablado en el pasado sobre cómo, ya sabes, no cree que los millonarios y los multimillonarios, obviamente, deban beneficiarse, o incluso las personas con los ingresos más altos”, dijo el jueves la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. “Así que eso es ciertamente algo que él estaría mirando”.
