Tras la ineficacia de los primeros ataques de Rusia a Ucrania que se reportaron el 24 de febrero, el presidente Vladimir Putin no ha desistido en la ofensiva y continuará de esa manera, de acuerdo a un análisis del perfil psicológico del mandatario realizado por Luis Ángel Díaz Robredo, doctor en Psicología Clínica, Universidad de Navarra.
En un artículo de The Conversation el articulista Díaz Robredo detalla que Putin ha demostrado que no dará marcha atrás con los ataques y previsiblemente volverá a su estrategia de siempre: “objetivos claros y concretos, uso de toda la fuerza necesaria y determinación hasta que la patria rusa consiga sus fines”, se lee en la publicación.
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Sin embargo, el mandatario ruso no ha podido influenciar a la opinión internacional ni ha tenido efecto su discurso anti OTAN salvo en minorías.
El artículo resalta la ineficacia de “los ataques quirúrgicos y rápidos de las fuerzas armadas rusas de los primeros días de invasión”.
“Putin puede ser muchas cosas, pero en ningún caso se comporta de forma errática o perturbada. Muy al contrario (…) el comportamiento del líder ruso es lineal y coherente (al menos coherente con su forma de entender el papel que debe ocupar Rusia en el escenario internacional), ampliamente premeditado y testado, integral (pues abarca diversas estrategias y ámbitos difícilmente asequibles para una mente confundida) y acompañado de un liderazgo grupal que ha conseguido hasta la fecha no pocos apoyos tanto dentro del país como fuera de sus fronteras”, indica la publicación.
Pese a los ataques que han escalado en las últimas semanas, Díaz Robredo describe al presidente ruso como alguien que posee estabilidad mental y que presenta rasgos de comunes en personas sanas mentalmente.
La publicación destaca que Putin se graduó con honores de la facultad de derecho y que toda su vida ha estado relacionada con la función pública, en los servicios de inteligencia (KGB), al servicio de la alcaldía de Leningrado y posteriormente al servicio del presidente ruso Boris Yeltsin.
Su mandato como presidente de Rusia es el más largo del país, aspecto que igualmente denota perseverancia y sin duda un saber hacer dentro de la política nacional, se lee en su perfil
The Conversation apunta que Putin siempre ha expresado su intención de liderar el país a su manera.
“Son conocidos y polémicos los casos en que su visión del estado le ha llevado a tomar decisiones unilaterales y drásticas: por ejemplo, su reorganización del sistema legal ruso causó el encarcelamiento de empresarios o el control de las televisiones rusas. Es, desde la perspectiva occidental, lo que solemos llamar un líder autoritario”, estima el artículo.
En el artículo, Díaz Robredo puntualiza que Putin ha demostrado que es un líder orientado a la tarea de la seguridad y defensa del país, la unidad interna y la cohesión aunque por encima de todo y de todos.
Aunque se acusa al mandatario por algunas acciones de lesa humanidad como muertes no resueltas de periodistas disidentes o encarcelamiento de políticos de la oposición. “Putin siempre ha sido así y nunca ha pretendido engañar sobre la imagen que quería transmitir”, agrega.
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“A lo largo de sus años de mandato ha cultivado una imagen prototípica del hombre ruso con sus aficiones deportivas, su gusto por la caza y la vida salvaje y su aprecio por los valores morales de la nación rusa. Y ese liderazgo le ha hecho merecedor del crédito de los votantes y oligarcas rusos en repetidas ocasiones, o al menos eso recogen las encuestas oficiales de las diferentes elecciones”, abunda el artículo en The Conversation sobre la imagen que ha construido el mandatario.
