Por Montserrat Peralta
Una videollamada de 30 minutos a la semana. Esa es la única comunicación que Patricia Belloso tiene con su hijo de siete años desde hace cuatro meses. Ambos están a más de mil kilómetros de distancia, ella en el Estado de México y él en Quintana Roo porque el padre del menor se lo llevó, sin que la mujer lo supiera.
“Si te quitan a tus hijos para hacerte daño, primero les están dando el veneno a ellos para matarte a ti… Estás sin tus hijos, no sabes dónde están, si están bien, en qué escuela están, qué comen. Mi hijo es epiléptico desde que se lo llevó no ha ido a sus consultas con el neurólogo”, explica Patricia.
Así como este caso, hay registro de otros 205 en los cuales 80% de las mujeres fueron separadas de sus hijos de manera inesperada, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional acerca de Violencia Vicaría en México, realizada por la agencia Altermind a petición del Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria (FNCVV).
Vivir esta violencia “es estar muerta en vida”, asegura Patricia. Ella fue a la fiscalía del Edomex para denunciar el delito de sustracción de hijo, el caso avanzó y se giró un oficio de colaboración para que la Fiscalía de Quintana Roo apoyara, pero ahí se enteró que, un día antes de irse con el niño, su ex pareja la denunció por violencia familiar.
“Nos tachan de violentadoras (…) aquí empieza la violencia institucional porque empiezan a llover denuncias de todo tipo y amparos”, explicó Elisa Celis, representante del FNCVV en Jalisco.
Por otra parte, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México no incluye el número de carpetas de investigación sobre la sustracción de hijo en la incidencia delictiva, por ello, se desconoce la dimensiones del problema en la entidad. Tampoco se aborda este delito en las estadísticas que elabora el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El Código Penal del Estado de México señala que el delito lo comete el padre o madre que se “apodere de su hijo menor de edad, respecto del cual no ejerza la patria potestad o la custodia”. También puede cometerlo un familiar. La pena va de uno a cinco años de prisión y una multa.
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La violencia vicaria la ejerce el hombre por sí mismo o a través de otra persona en contra de una mujer utilizando a sus hijas y/o hijos. El objetivo es manipular y causar un daño psicoemocional en las víctimas, señaló en su página web el FNCVV.
Otros elementos clave de este tipo de violencia son: la sustracción de los niños, niñas y adolescentes, interposición de procesos en contra de la madres y dilación de los casos existentes cuya intención es romper el vínculo materno.
Uno de los impactos más importantes entre las mujeres víctimas de la violencia vicaria es que dedican “una tercera parte de una jornada laboral a la semana en atender temas legales”, según la encuesta del frente. Los procesos para recuperar a sus hijos son largos ya que duran de un año a año y medio.
Actualmente, la ex pareja de Patricia Belloso está vinculada a proceso por el delito de sustracción de hijo, pero el niño ya lleva 11 meses lejos de su madre y no ha sido devuelto. La única comunicación que sostienen desde hace 4 meses es a través de videollamadas.
Violencia institucional y redes de apoyo
“La violencia vicaria es está violencia por sustitución en donde ya no te pueden hacer más daño a ti porque tú como mujer lograste romper con este ciclo de violencia ya psicológicamente no te afectan y físicamente no están cerca entonces lo que hacen es agarrar un sustituto que son los niños”, dice Jennifer Seifert, líder del FNCVV en el Estado de México.
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Las víctimas no se sienten protegidas por las autoridades a las que han acudido para denunciar la sustracción por la violencia recibida porque las autoridades alientan los procesos y bloquean el seguimiento a los juicios, se indicó en los resultados de la encuesta del frente. Además, el 48% de las víctimas enfrentan procesos penales o civiles.
Las personas que son víctimas de estas agresiones se unieron en el Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria en donde crearon redes de apoyo. Entre ellas se brindan contención emocional y recomendaciones de abogados, ya que conocen a la perfección los despachos que han beneficiado a sus agresores.
Como respuesta a los casos de violencia vicaria, el pasado 3 de marzo, la legisladora Claudia Alejandra Hernández Sáenz presentó una iniciativa en la Cámara de Diputados para incluir la violencia vicaria dentro de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Tanto en el Estado de México como en Jalisco se está analizando incluir la violencia vicaria en sus leyes estatales de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.
