La pandemia golpeó a Latinoamérica más que a ninguna otra región, aseguran expertos

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Foto: EFE

Hace dos años, el 26 de febrero de 2020, la Covid-19 llegó “oficialmente” a América Latina. Un brasileño de 61 años que había estado en Italia presentó síntomas y fue internado en un centro de Sao Paulo, donde le confirmaron el coronavirus. Así comenzó una pesadilla que ha golpeado a esta región más que a ninguna otra en el mundo, aunque está ganando la batalla de la vacunación.

La llegada de la enfermedad a Latinoamérica, tras varios casos continentales antes en Estados Unidos y Canadá, fue uno de los motivos que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la declaración de la pandemia apenas 15 días después, el 11 de marzo.

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“Debemos aprender las grandes lecciones de la pandemia. Los mecanismos internacionales de cooperación en el área de salud no fueron efectivos. Aún hoy percibimos que, con más de diez billones de vacunas distribuidas en el mundo, menos de un 11 % de ellas fueron para países pobres”, explica a Efe Dimas Tadeu Covas, presidente del Instituto Butantan en Sao Paulo (Brasil), un centro de investigación biomédica pionero de la fabricación de vacunas e investigación sobre la Covid-19 a nivel latinoamericano.

A medida que se incrementaron los casos y las muertes, fue quedando claro que la región no estaba preparada para el impacto de esta enfermedad.

La crisis sanitaria generó también manifestaciones sociales que provocaron convulsiones políticas muy fuertes, especialmente en algunos países.

En Paraguay, la falta de insumos y el malestar por la gestión del Gobierno fueron el detonante de intensas protestas que obligaron al presidente Mario Abdo Benítez a realizar cambios en su gabinete en marzo de 2021.

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México, quinto lugar mundial en muertes por Covid

La negligencia también está en el punto de mira de muchos sectores a la hora de hacer un balance de la lucha regional contra la pandemia. De esto se acusa al gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México y más concretamente al responsable de la lucha contra la enfermedad, Hugo López-Gatell, a quien culpan de que México sea el quinto país con más muertes de todo el mundo, con más de 316 mil fallecimientos hasta la fecha.

Las críticas también apuntan hacia el propio López Obrador, quien ha dado positivo por coronavirus en dos ocasiones y a quien critican que en ocasiones haya bajado la gravedad al impacto de la pandemia.

Las instituciones de salud “no estaban preparadas, esto las sobrepasó”, comenta a Efe la enfermera mexicana Margarita Reyes, quien perdió a su padre, José Margarito, de 75 años, y a su hermano, de 46, por el coronavirus.

“Desde el primer momento me tocó estar en el servicio de urgencias, donde no sabían manejar a los pacientes, que aumentaban día a día”, señala al relatar cómo las unidades de cuidados intensivos se iban llenado de enfermos a medida que se expandía el SARS-CoV-2.

El testimonio de esta enfermera contradice las afirmaciones del Gobierno mexicano, que asegura que “nadie se quedó sin una cama”.

Los dos años que han transcurrido desde la primera infección en América Latina, hay un balance hasta la fecha de 146 millones de casos y 2.6 millones de muertos en la región, han dejado muchos testimonios de dolor.

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Economía y educación, golpeadas severamente

En cuanto a la economía, 2020, el primer año de la Covid-19, resultó especialmente duro para América Latina, con una retracción del PIB regional del PIB del -7.7%, según datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), mientras que en 2021 se registró una cierta recuperación, del 3.7%.

Para 2022, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la región crezca apenas un 2.4%.

La pandemia también supuso un duro golpe para el sistema educativo de la mayoría de los países latinoamericanos, debido al cierre de los centros educativos decretado por las autoridades.

Según la Cepal, 167 millones de estudiantes se vieron afectados por la paralización de las clases desde marzo de 2020.

En tanto, la Unesco estima que el impacto del abandono escolar ha supuesto que 3.1 millones de niños y jóvenes hayan quedado definitivamente fuera del sistema educativo.

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Vacunación, la clave

La inmunización colectiva contra el coronavirus comenzó en América Latina en diciembre de 2020 y representó un punto de quiebre en lo que al crecimiento de contagios y fallecimientos se refiere, si bien el proceso no estuvo exento de contratiempos y reveses que lo pusieron a prueba, como la llegada de la variante ómicron.

Al respecto, llama la atención el caso de Chile, uno de los países con un índice de vacunación más alto del mundo -superior al 93 % de los adultos-, pero donde la tasa de positividad volvió a superar la barrera del 35% en estos meses de verano austral.

En Bolivia, el plan que comenzó con el personal sanitario y se fue extiendo paulatinamente al resto de la población adulta hoy llega incluso hasta los mayores de cinco años.

Pero tal vez la situación más paradójica en la lucha contra la pandemia sea la de Brasil, con un presidente como Jair Bolsonaro que defiende postulados que rayan con el negacionismo.

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Brasil siempre fue reconocido como un país importante en el movimiento sanitario internacional y, de repente, pasó a declararse contrario a las medidas de la ciencia, del control de la pandemia, avances que ya eran considerados como consolidados”, comenta el profesor Covas, del Instituto Butantan.

Pero a pesar de las ideas de Bolsonaro, las medidas adoptadas por los gobiernos de los estados han hecho posible que el país sea de los que poseen una de las mayores tasa de inmunización del mundo, con más del 73% de su población con la pauta completa, mientras que el 23% ya ha recibido el refuerzo.

la situación no está del todo controlada ni siquiera en Estados Unidos, el país más poderoso del mundo y el más afectado por la pandemia, con más de 78 millones de casos, cerca de 950 mil fallecidos y con solo un 64.7% de la población con la pauta de vacunación completa, si bien la media de contagios está disminuyendo semanalmente.

Con información de EFE

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