Hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado que está dispuesto a usar todo el poder del Estado para vengarse de sus críticos. Hasta sus cercanos lo admiten. Y todo porque no ha podido explicar el origen de la súbita riqueza de su hijo José Ramón y de la casa gris de Houston.
Como no puede argumentar, López Obrador busca atacar de la forma más baja y ruin. En el camino, no le importa llevarse entre las patas a la democracia y a las libertades. Lo que no ve es que también está afectando a su propio gobierno.
Además, el doloroso recuento de los periodistas asesinados en México. En un país en el que el presidente agrede todos los días a la prensa, los políticos han normalizado ya la violencia contra los trabajadores de los medios y los ataques a la libertad de expresión.
Y en el estudio, Mac Campos, miembro de Sociedad Civil México, y Adela Navarro, directora del semanario Zeta, advierten que, pese a las palabras del presidente, “impera todavía la impunidad” en los asesinatos y ataques contra periodistas.
Mira aquí la entrega anterior: Loret Capítulo 71
