La incertidumbre económica y política que se vive en México no ayudó al negocio de Citigroup, aseguró la directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE, Gabriela Siller, luego de que el consorcio anunció que cerrará sus operaciones de banca comercial en el país.
Citigroup informó el martes a Wall Street su intención de salir de las operaciones bancarias de consumidores, pequeñas y medianas empresas de Citibanamex, como parte de una “actualización estratégica”.
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La decisión del consorcio marca el final de dos décadas del último de sus proyectos minoristas fuera de Estados Unidos y, aunque su comunicado lo planteó como un movimiento estratégico para su negocio, “el entorno económico-político de México no ayuda”, explicó la analista.
La lenta recuperación económica de México y la iniciativa de reforma eléctrica fueron dos de los factores que Siller señaló como parte del ambiente que llevó a Citigroup a tomar su decisión.
El Producto Interno Bruto (PIB) de México se contrajo un 0.4% en el tercer trimestre de 2021 comparado con el mismo periodo de 2020 debido a la caída del sector terciario, según cifras desestacionalizadas divulgadas en noviembre por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La estimación más reciente del Banco Mundial sobre la economía mexicana es que en 2021 el PIB aumentó un 5.7%, luego de dos años de cifras negativas de crecimiento, cuando el PIB disminuyó -0.2% y -8.2% en 2019 y 2020, respectivamente.
En tanto, la iniciativa de reforma eléctrica, presentada el pasado 30 de septiembre por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso, “disminuiría la transparencia operativa, disuadiría la inversión privada, desincentivaría la generación de energías renovables y probablemente aumente el costo total de la electricidad”, según previó la agencia calificadora Moody’s.
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Sobre el horizonte de incertidumbre económica que habría influido en la decisión de Citigroup, Siller recordó que aún existe la posibilidad de que se lleve a cabo una reforma sobre las comisiones bancarias, misma que el senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, anunció se retomará en febrero de este año.
Agregó que la consulta para la revocación de mandato del presidente López Obrador, que lleva un avance de 17 entidades con el mínimo de 3% de firmas requeridas para continuar con el ejercicio, suma al entorno de incertidumbre.
“Siempre se genera incertidumbre en las fusiones y adquisiciones (…) El estrés no es bueno para nadie, ni para los trabajadores ni para las empresas. Entre más detalles se den y más rápido será mejor, pero es entendible que tomará tiempo”, destacó Siller.
Citigroup continuará operando un negocio bancario con licencia local en México a través de su Grupo de Clientes Institucionales global. La salida no incluye el negocio institucional en el país.
Los posibles compradores del negocio podrían provenir de Canadá, donde los seis grandes bancos han dicho que tienen exceso de efectivo para gastar en acuerdos. Uno, Bank of Nova Scotia, ya tiene un negocio considerable en México.
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Las filiales locales de Banco Santander y BBVA tendrían el efectivo para ofertar, mientras que las instituciones mexicanas Banorte e Inbursa podrían usar una adquisición de las operaciones de Citi para desafiar a este dúo.
El empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego se apuntó para invertir en el negocio que Citigroup deja. En redes sociales aseguró que su equipo analiza la conveniencia de adquirir Citibanamex para redoblar su “apuesta en México”.
