Reuters – El peso se apreciaba este lunes, en el inicio de una semana que se anticipa con un bajo volumen de negocios por el periodo vacacional de fin de año, mientras los analistas continuaban asimilando la decisión del Banco de México (Banxico) de subir su tasa de interés clave por encima de lo esperado.
El peso cotizaba en 20.7655 por dólar, con una ganancia del 0.32% frente al precio de referencia de Reuters del viernes, aunque también tenía la mirada puesta en el rápido avance de la variante Ómicron del coronavirus.
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“Los mercados continúan asimilando el endurecimiento de la política monetaria por parte de Banco de México“, dijo Monex Grupo Financiero en un reporte.
La semana pasada, el banco central mexicano elevó en medio punto porcentual el objetivo de la Tasa de Interés Interbancaria, a un 5.5%, para hacer frente a los elevados niveles de inflación, que se encuentra en un máximo de más de 20 años.
Analistas anticipaban un aumento de sólo 25 puntos base.
Para el resto de la semana, se espera que el peso oscile en un rango de 20.60 a 21.15 unidades, estimó el local CI Banco.
Por su parte, el dólar se veía presionado este lunes por los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, tras un golpe a los planes de gasto fiscal del Gobierno demócrata y ante la preocupación por la propagación de la variante Ómicron.
El índice dólar bajaba un 0.2%, hasta 96,388 unidades. El índice, que ha subido cerca de un 7% en el año, ha repuntado en las últimas semanas.
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“Creo que ahora mismo hay muchos flujos de fin de año”, dijo Kathy Lien, directora gerente de BK Asset Management. “Con el susto de Ómicron, con las acciones cayendo bastante, la gente está liquidando y cuadrando el año”.
El senador Joe Manchin, un demócrata moderado que es clave para las esperanzas del presidente Joe Biden de aprobar su plan de gasto social de 1.75 billones de dólares, dijo el domingo que no apoyaría el paquete. En consecuencia, Goldman Sachs redujo hoy sus previsiones de crecimiento del PIB de Estados Unidos para 2022.
Reino Unido no descartó la posibilidad de restringir las reuniones sociales, un día después de que Países Bajos impusiera un cuarto confinamiento en respuesta a la variante ómicron del coronavirus, y mientras otros países europeos consideraban la posibilidad de imponer restricciones en Navidad.
