Algunos de los 95 mil trabajadores de salud y de los centros de atención para adultos que aún no se han vacunado contra la Covid-19 en Nueva York, desafiando la orden de este estado que entró en vigor este lunes, están preparados para perder sus trabajos antes que permitir que se les aplique el biológico.
De acuerdo con un artículo del The New York Times, entre los que se niegan ser vacunados, algunos argumentan razones religiosas, exenciones médicas, o que ya han tenido la Covid-19 y consideran que ya cuentan con la inmunidad natural.
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El mes pasado, el exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, emitió un mandato de vacunación obligatoria, pues en ese entonces indicó que alrededor del 75% de los aproximadamente 450 mil trabajadores de salud del estado estaban completamente vacunados.
Hasta el pasado 22 de septiembre, las cifras estatales de vacunación, según datos referidos por el New York Times muestran que 16% de los 450 mil trabajadores de salud en Nueva York, o alrededor de 70 mil personas, no estaban completamente vacunados.
Además, 15% del personal de los centros de enfermería especializada y 14% de los trabajadores de los centros de atención para adultos tampoco están completamente vacunados, lo que representa alrededor de 25 mil trabajadores más, que junto con el personal en hospitales, suman 95 mil personas.
Los expertos en salud pública consideran que la orden de que todo el personal de salud debe vacunarse tiene el propósito de evitar nuevas oleadas de la Covid-19, así como de persuadir a la población que hasta ahora duda en recibir la vacuna contra el virus.
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No obstante estas razones presentadas por consenso científico en apoyo a la vacunación, algunos de los trabajadores de la salud se resisten a cumplir el mandato, y “su obstinación encarna un enigma que enfrenta Nueva York”, apuntó el artículo del New York Times.
“(Los trabajadores de salud en Nueva York) ven su trabajo como una insignia de credibilidad, y la orden de sus jefes y del estado de tomar una decisión -vacunarse o ser despedido- como una traición”, señala el medio.
Esta situación implica también una división al interior de los hospitales, donde la mayoría de los trabajadores están vacunados y quieren que también lo estén sus compañeros que hasta ahora han decidido no hacerlo.
En cuanto a la representación laboral, el sindicato de enfermeras, que apoya la orden de vacunación, reporta 95% de sus integrantes ya vacunados. Por otro lado, los sindicatos que representan a los trabajadores de apoyo, incluidos los auxiliares de enfermería, los ordenanzas, los trabajadores de la cafetería y otros, se han opuesto.
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Ante la posible renuncia de estos trabajadores para evitar cumplir el mandato del estado -pudiendo migrar a estados sin este mandato o con una orden menos restrictiva-, Nueva York podría enfrentar un déficit. “Si muchos de esos trabajadores se van o son despedidos, sus deberes podrían recaer en enfermeras”, aseveró el medio.
