El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, confirmó este martes que sostuvo una conversación con Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, para abordar el reciente flujo de migrantes haitianos. Al respecto, dijo que la mayoría de ellos provienen de Chile o de Brasil, y que no buscan quedarse en México.
“Un flujo reciente muy notorio, notable, de personas de origen haitiano que provienen de Brasil y de Chile, no de Haití. Tienen condición de refugiados en esos países (…) Lo que están pidiendo es que se les deje libre paso para Estados Unidos”, dijo el canciller.
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El canciller explicó que los dirigentes de los refugiados en dichos países movilizaron a los haitianos refugiados luego de que Estados Unidos extendiera los plazos del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) hasta 2023.
Este programa beneficia a los haitianos que llegaron a la Unión Americana antes del 29 de julio. Sin embargo, según explicó el canciller mexicano, los migrantes que se encuentran en las fronteras entre México y Estados Unidos fueron engañados haciéndoles creer que podían obtener la ciudadanía estadounidense.
“Los dirigentes de estos conglomerados de migrantes de Brasil y Chile les dijeron ‘hay que irnos a Estados Unidos rápido para que les den el beneficio de esta disposición’, pero es para personas que ya están en Estados Unidos”, dijo Ebrard.
Ayer, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas defendió su decisión reciente de otorgar a migrantes haitianos el TPS debido a los problemas políticos y civiles que atraviesa la nación caribeña.
“Realizamos una evaluación basándonos en las condiciones del país… de que Haití podía recibir a estas personas de manera segura”, declaró el funcionario.
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Por su parte, Ebrard dijo que le planteó a Blinken llegar a un acuerdo regional para solucionar el problema.
El domingo pasado, Estados Unidos deportó a haitianos que acampaban en un pueblo fronterizo de Texas de regreso a su país e intentó impedir que otros cruzaran la frontera desde México en una demostración masiva de fuerza que marcó el comienzo de lo que podría ser una de las expulsiones más rápidas y a gran escala de migrantes o refugiados en Estados Unidos.
