El tercer intento rindió frutos para Fabiola Ramírez Martínez, quien tras 15 años de practicar la para natación finalmente logró su primera medalla en Juegos Paralímpicos, un bronce que representó también la primera presea de México en Tokio 2020.
Fabiola Ramírez conquistó la presea de bronce en la final de 100 metros dorso, categoría S2, tras registrar un tiempo de 2 minutos, 36 segundos y 54 centésimas.
Ese bronce llega en el tercer intento de Ramírez, quien compitió en los Juegos Paralímpicos de 2008 y 2016, pero también fue la primera medalla que consigue para la Federación Mexicana de Deportes para Personas con Parálisis Cerebral.
“Ya llevo 15 años en la para natación, mis primeros Juegos Paralímpicos fueron en Beijing 2008, a Londres 2012 no fui y en Río 2016 hice muy buen tiempo, pero nunca era suficiente para lograr una medalla y el día de hoy aquí está, después de mucho trabajo, mucho compromiso, mucha responsabilidad hacia mi deporte y hacia mis sueños sobre todo, el ver cerca la posibilidad de una medalla siempre te provoca una ilusión, que a la vez es temor, pero afortunadamente hoy fue un día de triunfo, de aprendizaje y voy a seguir en esto que es mi pasión”, aseguró Ramírez.
“Me siento súper orgullosa, porque después de tantos años de estar en el deporte pude darle esto a mi federación, a mi familia y a mí misma, es algo que yo deseaba desde hace mucho tiempo, con todo mi corazón y ahora ya está aquí, presente, y es un día memorable en mi vida y solo quiero agradecerles a todos por su apoyo y por confiar en mí”, señaló en entrevista con Conade.
“ES TUYA”
Fabiola Ramírez Martínez, relató cómo vivió la final y lo que significó esta medalla de bronce luego de tanto trabajo y esfuerzo.
“Estoy súper emocionada, en la prueba todos me comentan que al principio comencé un poco lenta; de repente apreté, metí la quinta velocidad y cerré con todo. Ya al final te falta el aire, te faltan fuerzas, pero es ahí donde se saca la garra y el corazón.
“Llegué a la meta y vi el tablero y no me la creía, hasta que volteé a ver a los entrenadores y me dicen “sí, es tuya, es tuya”, me quedé con el pecho atorado, de la emoción quería llorar, fue una emoción grandiosa. Yo siempre decía ‘ay no’, cuando yo gane una medalla cómo voy a llorar, voy a estar feliz, pero ahora sé que sí se llora de felicidad”, agregó.
En Tokio 2020 todavía tiene dos citas por cumplir, en las competencias de 100 metros estilo libre y 50 dorso.
“Voy a seguir dando lo máximo para dejar siempre en alto el nombre de México y de las mujeres mexicanas”, aseguró.
