En cuatro ciudades de Alemania se encuentran los elevadores submarinos, o góndolas de buceo, que permiten conocer el fondo del Mar Báltico.
La primera góndola de buceo se inauguró en 2006 en el muelle de Zinnowitz, seguida de los elevadores en Sellin, Zingst y Grömitz, todos en costas alemanas.
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Se trata de una especie de elevador que desciende lentamente hacia las profundidades del Mar Báltico, para que los pasajeros disfruten, a través de sus ventanas, como si se tratara de una película en tercera dimensión, de la fauna del lugar.
Se pueden ver varios peces, cangrejos, mejillones, la foca gris, el bacalao, el arenque, las medusas lunares y muchos otros animales y plantas marinas en su entorno natural.
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Cada góndola de buceo tiene capacidad para 30 visitantes, que descienden acompañados de una tripulación que les habla sobre educación ambiental, ya que el Mar Báltico tiene una mayor salinidad que otros ecosistemas acuáticos.
El costo de estas góndolas es accesible, pues van desde los nueve euros (215 pesos aproximadamente) por boletos individuales, a 25 euros (600 pesos) por accesos de familias de cinco integrantes.
