La Ciudad de México comenzó la conmemoración de los 500 años de la caída de Tenochtitlan, rebautizada como resistencia indígena, en la Plaza de la Constitución donde dos personajes protagonizan los festejos: Coyolxauhqui y Quetzalcóatl.
Del 13 de agosto al 1 de septiembre, la iluminación del Zócalo capitalino con personajes de la mitología mexica permanecerán para acompañar la maqueta del Templo mayor, sobre la cual se proyectará una serie de imágenes titulada Memoria Luminosa.
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Coyolxauhqui
Su nombre está relacionado con el ornamento en sus mejillas, cascabeles. Es una deidad relacionada con la luna y también es conocida como “la desmembrada”.
Según el mito mexica, Coyolxauhqui era la dirigente del grupo Huitznahua, uno de los barrios de Aztlán, quienes al llegar al cerro Coatepec se enfrentaron a Huizilopochtli, su hermano, quien los derrota y a ella la decapita y arroja, quedando desmembrada al pie del monte.
Una de sus principales representaciones es el monolito que se encuentra en Templo Mayor, el cual fue descubierto hace 43 años por trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro en el Centro Histórico.
Quetzalcóatl
También conocido como La serpiente emplumada, Quetzalcóatl era uno de los dioses más importantes de Mesoamerica. Su nombre es una combinación de las palabras en náhuatl quetzal, pájaro emplumado, y coatl, serpiente.
Esta deidad representa la dualidad entre la condición física del hombre, por su cuerpo de serpiente, y su parte espiritual, por sus plumas.
La dualidad también se explica en su origen. Según la mitología mexica, Quetzalcóatl tenía un gemelo malvado, el dios de la oscuridad, Tezcatlipoca. Mientras uno era el creador del mundo, el otro lo destruía.
Esa deidad ha sido representada en diferentes esculturas desde toltecas hasta mexicas, y en la vida contemporánea también se ha llevado a videojuegos, películas y series.
Como dato curioso, en 1930 se pretendió sustituir a Santa Claus y a los Reyes Magos por Quetzalcóatl para entregar regalos a los niños. Fue una propuesta de gobierno que sólo duró un año.
Piedra de sol
También llamada calendario solar, es una de las piezas más representativas de México, tan es así que cubre una de las caras de las monedas del país.
La piedra fue descubierta en 1790 por casualidad debido a los trabajos de nivelación de la Plaza Mayor de la Ciudad de México.
Si bien simboliza la concepción del tiempo, la piedra no funcionaba como un calendario. Tiene distintos símbolos. Presenta rayos y puntas que irradian de su superficie, los cuales marcan las cuatro direcciones y los movimientos del Sol.
En su centro se encuentra el glifo 4 movimiento (nahui ollin), nombre del Quinto Sol, que fue la era de los mexicas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
También se encuentra el rostro semidescarnado de Tonatiuh, dios del Sol. Su lengua está representada por un cuchillo, símbolo del sacrificio humano que el dios solar exigía para alimentarse y renacer cada día por el oriente, después de su viaje nocturno por el inframundo.
