EFE.- La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) expresó este miércoles su preocupación por el aumento de las expulsiones de migrantes y solicitantes de asilo en Estados Unidos en vuelos que los deportan al sur de México, una práctica que Washington justifica en la necesidad de frenar el avance de la Covid-19.
Los expulsados que viajan en esos vuelos “pueden necesitar protección urgente y corren el riesgo de volver a la peligrosa situación de la que huyeron en sus países centroamericanos de origen, sin que sus necesidades sean atendidas”, señaló en un comunicado el representante de ACNUR para Estados Unidos, Matthew Reynolds.
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Esta expulsión expedita de ciudadanos no mexicanos a México se justifica en el Título 42, una orden sanitaria que, en el contexto de la pandemia, desde antes de la llegada de Joe Biden a la presidencia, impide a muchos migrantes acceder a los procedimientos de solicitud de asilo.
Esta práctica podría contravenir los principios de la Convención de Refugiados de 1951, que “todos los gobiernos tienen la obligación de mantener”, recordó Reynolds.
Por otro lado, estos “vuelos de deportación” pueden minar gravemente la capacidad de acogida de migrantes del sur de México y aumentar el riesgo de contagio transfronterizo de Covid-19, advierte la ACNUR.
Esta semana, la cifra de niños migrantes bajo custodia del Departamento de Salud (HHS) del gobierno de Joe Biden subió por encima de 15 mil después de haber estado por debajo de 14 mil en junio, en otro indicio del arribo continuo de migrantes en la frontera sur.
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Al 8 de agosto HHS tenía bajo su custodia 15 mil 282 migrantes menores de edad, clasificados como no acompañados. La Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés) tenía otros mil 770 niños a su cuidado.
Aunque las cifras han aumentado en las últimas dos semanas, siguen estando por debajo de las registradas en marzo cuando más de 20 mil migrantes menores de edad estaban bajo custodia de HHS y CBP.
Según el Acuerdo Flores, los menores no deben permanecer bajo custodia de la CBP, que depende del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), por más de 72 horas y deben de ser transferidos a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), una dependencia de HHS.
La ORR aloja a los menores en diferentes partes del país, a la espera de que se localicen familiares o patrocinadores que los tomen a su cuidado.
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El gobierno del expresidente Donald Trump adoptó desde 2018 una política estricta de expulsiones inmediatas de todos los indocumentados, y el gobierno del presidente Biden empezó en febrero a aceptar a los niños migrantes.
Este cambio de políticas creó una crisis por el hacinamiento de menores en dependencias de la Patrulla Fronteriza, a veces por más tiempo que el permitido por el Acuerdo Flores, y la dificultad para transferirlos a albergues licenciados por DHS en diferentes estados.
