Autores de cómics, los que menos ganan en adaptaciones al cine; Disney y Marvel pagan 5000 dólares a escritores

Los escritores y artistas que trabajan en los cómics de Marvel denunciaron que reciben pagos de cinco mil dólares para las adaptaciones de sus historias que se realizan para la pantalla grande, denunciaron a través de The Guardian.

Múltiples fuentes revelaron al diario que cuando el trabajo de algún escritor o artista destaca dentro de una película de Marvel, la empresa envía al creador una invitación a la Premiere junto a un cheque por cinco mil dólares. Lo que funciona como una cortesía, pues no hay obligación de asistir al estreno ni de usar el cheque para viajes o alojamiento. 

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Sobre la información revelada, Marvel sólo se dijo preocupado por la privacidad. ”No podemos hablar de nuestros acuerdos individuales o contratos con el talento”, dijo un portavoz. 

Trabajos sacados completamente de los cómics como los arcos de los personajes de Thor de Walt Simonson; franquicias enteras como las películas de Avengers o el reciente spin-off de Disney+, Flacon y el Soldado del Invierno, todos estos no serían posibles llevarlos al cine sin los guionistas y creadores de las historietas originales. 

Personalidades del cómic como Kurt Busiek (Avengers) o Ed Brubaker (Winter Soldier), no forman parte del negocio de estudios como Marvel Cinematic Universe. De los más de 20 mil millones de dólares que se pueden llegar a obtener en taquilla, la ganancia para los que crearon las historias y a los personajes es mínima.

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Brubaker y Steve Epting fueron los encargados de revivir al Soldado del Invierno, compañero del Capitán América para las películas y programas de Marvel. ”En su mayor parte, todo lo que Steve y yo obtuvimos por crear a Winter Soldier y su historia fue un ‘gracias’, aquí o allá. Y con el paso de los años se ha vuelto cada vez más difícil vivir con eso”, compartió Brubaker en un boletín. 

Los creadores de cómics tienen ”trabajos por encargo” con las empresas, por lo que estas no les deben nada más que una tarifa fija y pagos por regalías. A pesar de que el negocio no beneficia igual a los autores o artistas originales, los estudios buscan seducirlos para seguir adelante con la promesa de un trabajo estable.