A Magdalena (Mercedes Hernández) le dijeron que su hijo Miguel (David Illescas) había muerto en su viaje hacia Estados Unidos. Sin embargo, no hallaron su cuerpo, sólo la maleta que llevaba, así que decide emprender un viaje para encontrarlo. Esta es la premisa de la cinta Sin señas particulares, que llegó a las salas de cine esta semana, cuya historia entrelaza la migración con las desapariciones y reclutamientos forzados.
En entrevista con Latinus la directora del filme, Fernanda Valadez, aseguró que realizó una amplia investigación que comenzó desde el 2012 para poder crear Sin señas particulares, que partió de su cortometraje 400 maletas, nominado al premio Ariel y al Oscar estudiantil en 2015.
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“Leímos muchas historias y casos durante muchos años. Cuando decidimos que queríamos contar una historia donde se entrecruzan la migración y las desapariciones y reclutamiento forzado tratamos de leer artículos, ver documentales y buscar por todos lados. Hubo una nota en un blog, que luego nos enteramos que funcionaba como un canal de comunicación entre distintos cárteles, que nos ayudó a entender algunas claves”, destacó la cineasta sobre el trabajo que realizó para su ópera prima.
“Astrid (la productora) encontró la crónica de un superviviente del secuestro de un camión, nunca vamos a saber si fue real o si está ficcionada pero nos ayudó a entender información de otros medios sobre gente que era secuestrada y de la que sólo llegaban las maletas a la central de autobuses”, indicó Valedez, quien agregó que se documentaron sobre los secuestros de varones mayores de edad que ocurrieron en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Sin señas particulares no es una película que hable específicamente de una sector de la población, consideró Astrid Rondero, productora del largometraje.
“Esta película amplía la perspectiva de que esto no sólo lo atraviesa un sector de la población, es la realidad de muchísimos mexicanos y no sólo es de una clase social o que involucre sólo a los migrantes. Sin señas particulares nos permitió contar que hay muchas capas de la sociedad mexicana que están trastocadas por la violencia”, destacó.
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“Me preparé emocionalmente para estar en un viaje por la desesperación, incertidumbre y tristeza, físicamente también lo hice aunque eso es más fácil de sortear que el estar constantemente tocando emociones que no son sencillas”, compartió la actriz protagonista sobre el trabajo que realizó para poder interpretar a Magdalena.
“Constantemente Magdalena se encontró con personas buenas y eso me parecía muy atractivo de la película, que todos sentimos que se puede topar con personas malas y paradójicamente la cinta muestra las dos caras de una manera impredecible”, finalizó Mercedes Hernández.
