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AP.- Estados Unidos ha donado y enviado más de 110 millones de dosis de vacunas contra Covid-19 a más de 60 países, desde Afganistán hasta Zambia, anunció este martes la Casa Blanca.
Se esperaba que el presidente Joe Biden discutiera ese hito y más en la tarde del martes, actualizando al público sobre la estrategia de Estados Unidos para frenar la propagación del coronavirus en el extranjero.
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El anuncio se produce en medio de un aumento de los contagios en Estados Unidos, impulsados por la variante Delta del virus, altamente contagiosa, que llevó a los funcionarios de salud pública de Estados Unidos a recomendar la semana pasada que las personas que hayan sido vacunadas por completo contra la Covid-19 reanuden el uso de cubrebocas.
Biden ha prometido que Estados Unidos será el “arsenal de vacunas” del mundo. Pero si bien es notable, los 110 millones de dosis que Estados Unidos ha donado en gran parte a través de un programa mundial de vacunas conocido como Covax representan una fracción de lo que se necesita en todo el mundo.
La Casa Blanca dijo en un comunicado el martes que, a finales de agosto, Estados Unidos comenzará a enviar 500 mil dosis de la vacuna Pfizer que se ha comprometido a 100 países de bajos ingresos para junio de 2022.
Los 110 millones de dosis donadas provinieron del excedente de existencias de vacunas de Estados Unidos a medida que el ritmo de vacunación nacional se desaceleró en medio de la vacilación generalizada sobre las vacunas en el país.
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Aproximadamente 90 millones de estadounidenses elegibles de 12 años o más aún no han recibido una dosis de la vacuna.
Biden se había comprometido a enviar más de 80 millones de dosis al extranjero para finales de junio, pero sólo pudo compartir una fracción de eso debido a obstáculos logísticos y regulatorios en los países receptores.
El ritmo de los envíos se aceleró significativamente hasta julio.
Según el plan de intercambio de Biden, alrededor del 75% de las dosis se comparten a través de Covax, que tiene como objetivo ayudar a las naciones de ingresos bajos y medios, y el resto se envía a socios y aliados de Estados Unidos.
La Casa Blanca insiste en que no se busca nada a cambio de las inyecciones, contrastando su enfoque con Rusia y China, que alega han utilizado el acceso a sus vacunas de producción nacional como una herramienta de influencia geopolítica.
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