Casi dos meses después de los comicios, José Pedro Castillo Terrones asumió este miércoles la presidencia de Perú, lo que representa la culminación de su inesperado y rápido ascenso en la política de ese país.
Campesino, maestro rural y sindicalista con ideología de izquierda, Pedro Castillo se muestra públicamente como una persona sin grandes ostentos. Comenzó a cobrar relevancia desde 2017 por haber encabezado una huelga nacional de maestros de educación básica, quienes exigieron el aumento de remuneraciones, el pago de la deuda social, y el incremento del presupuesto en el sector educativo.
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Su participación en esa huelga fue clave para que el año pasado se propusiera como candidato presidencial por el partido Perú Libre, de corte izquierdista.
Sin usar palabras complejas en sus discursos, el ahora presidente apela a las analogías para acaparar la atención de los peruanos. Suele citar la biblia para fijar su postura en temas complejos como la homosexualidad o el aborto.
También busca frases simples para llamar la atención. “No más pobres en un país rico” fue la expresión que catapultó a Pedro Castillo durante la campaña presidencial en alusión a las desigualdades que afectan a su país.
La agenda del nuevo presidente peruano se basa principalmente en la educación y la agricultura, dos de los temas que él conoce desde hace tiempo.
Tiene 51 años y desde hace 24 se dedica a ser maestro de una escuela en el distrito de chota, al norte del Perú. La agricultura también forma parte de su día a día, ya que cultiva tubérculos, entre ellos, camote.
