Advierten que muerte de Mario Casarrubias, líder de Guerreros Unidos, puede afectar investigación del caso Ayotzinapa

Muerte de Mario Casarrubias, líder del cártel Guerreros Unidos, podría retardar investigación del caso Ayotzinapa
Foto: Shutterstock.

La inesperada muerte Mario Casarrubias, uno de los testigos clave para dar con el paradero de 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, es un “golpe terrible” que podría afectar la investigación, dijeron a Reuters el padre de una de las víctimas y una investigadora de la CIDH para el caso.

El gobierno de México informó que Casarrubias murió a causa de complicaciones por la Covid-19. El fallecido era líder del cártel Guerreros Unidos en Guerrero, donde los normalistas fueron atacados por policías vinculados con delincuentes.

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“Es un golpe terrible para la investigación, desafortunadamente él (Casarrubias) se llevó muchas cosas que sabía. Mañana (miércoles) se hablará del tema con (la Secretaría de) Gobernación en la reunión con la comisión que investiga el caso pues es algo que nos tiene muy preocupados”, aseguró Mario González, padre de uno de los jóvenes desaparecidos.

Ángela Buitrago, investigadora del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), refirió que la muerte de Casarrubias afecta a las indagatorias del caso, pero que “hay que continuar” con la investigación.

“Cualquier persona que tenga información sobre la conformación de estructuras criminales (…) es una pérdida para la investigación”, agregó.

Casarrubias, así como otros detenidos vinculados con la desaparición de los jóvenes estudiantes de Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos”, denunció tortura e incomunicación durante el tiempo en que estuvo preso.

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Organismos de derechos humanos sostienen que los estudiantes fueron secuestrados y entregados a la organización criminal Guerreros Unidos y algunos de ellos incinerados en diferentes lugares, contrario a la versión del gobierno anterior que aseguraba que fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula y tiró los restos en el río San Juan.

Este relato, conocido como la “verdad histórica”, fue cuestionado por los familiares y por una investigación de la CIDH y su GIEI que señaló que los cuerpos no pudieron ser quemados en ese lugar.

La desaparición de los jóvenes es una herida abierta en México y su esclarecimiento se convirtió en una de las promesas de campaña del actual mandatario Andrés Manuel López Obrador, quien reabrió la investigación en 2018 y derrumbó dicha versión al identificar en julio del año pasado restos de Christian Alfonso Rodríguez en la barranca de la Carnicería, lejos del basurero.

Con información de Reuters y EFE.

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