Estados Unidos ignoró las advertencias sobre una crisis en Haití y apoyó abiertamente al presidente Jovenel Moïse, convirtiéndose en culpable de algunos de los hechos violentos que se han registrado en el país durante los últimos años, aseguraron exservidores y funcionarios actuales del gobierno a The New York Times.
Los entrevistados aseguran que, durante el mandato de Moïse, Estados Unidos apoyó su administración al considerar que era la forma más sencilla de mantener la estabilidad en un país que no figuraba entre sus prioridades.
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“Era predecible que ocurriera algo”, aseveró el senador de Vermont Patrick Leahy. “El mensaje que enviamos al apoyar a estas personas es que creemos que son representantes legítimos del pueblo haitiano. No lo son”, dijo al Times.
Los consultados por el diario aseguran que la estrategia que Estados Unidos aplicó con Moïse se basó en aliarse o tolerar a líderes que suelen ser acusados de gobernar bajo una dictadura y promover los intereses estadounidenses.
De acuerdo con la publicación, el poder de Moïse en Haití se amplió durante la administración del expresidente Donald Trump, quien tenía una fijación por admirar a presidentes “autócratas”.
Funcionarios revelaron que Trump centró su política en Haití para reclutar a un país aliado en su campaña contra Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
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Con la llegada de Joe Biden a la presidencia, las prioridades para el demócrata eran otras al enfrentarse a la pandemia de la Covid-19 y la crisis migratoria en la frontera con México, lo que provocó que Estados Unidos no interviniera en los problemas que se presentaban en Haití.
La publicación señala que el gobierno de Biden dio continuidad a la política de Trump, considerando a Moïse como el líder legítimo, lo que se entendió como un error por parte de algunos haitianos.
“Moïse está siguiendo un curso de acción cada vez más autoritario”, dijo el representante Gregory Meeks, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes en diciembre de 2020. Agregó que sobre una serie de “abusos antidemocráticos que el pueblo haitiano ha soportado” en el pasado.
El New York Times indicó que uno de los funcionarios de Biden que sí se mostró en contra del gobierno de Moïse fue Antony Blinken, secretario de Estado, quien habría criticado que se gobernara en Haití se gobernara por decreto y exhortó a que su país pidiera que se realizaran “elecciones de verdad libres y justas este año”.
Sin embargo, la Casa Blanca no se retractó de su postura de apoyo, lo que generó, según congresistas el declive antidemocrático del país.
