Reuters.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, propuso un incremento del 20% al salario mínimo que será válido a partir de agosto, para enfrentar las presiones inflacionarias mundiales asociadas a medidas de reactivación económica adoptadas por varias naciones, para superar la crisis dejada por la pandemia del coronavirus.
Así lo expresó Bukele este jueves en un mensaje divulgado en redes sociales, asegurando que ese aumento debe ser aprobado por su gobierno y los sectores patronal y de trabajadores que conforman el Consejo Nacional del Salario Mínimo, el cual ronda los 250 dólares y que es diferente para cada categoría profesional.
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“Este incremento deberá ser efectivo a partir de agosto para que pueda aliviar el bolsillo de los salvadoreños más vulnerables que en gran cantidad son los que reciben y viven con el salario mínimo“, afirmó. La inflación anual en El Salvador, con una población de 6.5 millones de habitantes, fue del 2.6% a mayo.
Bukele precisó que para que el alza no afecte a las micro, pequeñas y medianas empresas, se tomará parte de un fideicomiso estatal para financiarlas y subsidiarlas por un año, lo que evitará los despidos de empleados así como el traslado de costos al consumidor.
Por otra parte, el mandatario explicó que la próxima semana serán entregados alimentos a los sectores más necesitados con lo que se busca, además, disminuir la demanda local de estos bienes en el mercado y aliviar las presiones en los precios.
El país aprobó recientemente una ley para regularizar el uso del bitcóin como moneda de curso legal, lo que ha generado preocupaciones económicas y legales por parte de organismo como el Fondo Monetario Internacional, con el que negocia un apoyo de mil millones de dólares.
El pleno del legislativo de El Salvador, con 62 votos de los 84, aprobó la Ley Bitcoin, con la que se adopta a la criptodivisa como moneda de curso legal, informaron en su cuenta de Twitter las autoridades parlamentarias de ese país.
Bukele ha mencionado que el Bitcoin podría impulsar la economía y contrarrestar la baja penetración bancaria en El Salvador y facilitar transferencias más rápidas, respecto a que se reciben alrededor de 6 mil millones de dólares en remesas al año.
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