Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, dibujó este sábado un panorama tenebroso en el país por las políticas migratorias de su sucesor en el cargo, el demócrata Joe Biden.
En un rally desde Ohio, que ha sido bautizada por los medios como el comienzo de su “gira de la venganza”, Trump acusó que el gobierno de Biden ha generado un aumento en la migración ilegal y en la violencia.
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Trump aseguró que los cárteles de la droga y los traficantes de personas han vuelto a operar en los límites con México, a diferencia de cuando él gobernaba.
“No hay amenaza más grave hoy (en Estados Unidos) que la crisis en nuestra frontera sur, excepto puede que nuestras elecciones“, criticó el expresidente, quien acusó a Biden de haber desmantelado “las defensas estadounidenses en la frontera” y de haber instigado “una inundación de migrantes ilegales”.
Durante su discurso, Trump afirmó que su gobierno le entregó a la administración de Biden “la frontera sur más segura que el país había visto” y señaló que el nuevo gobierno volvió a la política de atrapar a los migrantes y después dejarlos en territorio estadounidense.
Donald Trump recordó que el próximo miércoles viajará a la frontera con México y aseguró que la vicepresidenta del país, Kamala Harris, visitó ayer esta zona del país únicamente porque él había anunciado que iba a ir.
La situación en la frontera con México le ha estallado a Joe Biden en los primeros meses de su presidencia por la llegada masiva de migrantes en situación irregular, que ha marcado récords desde marzo hasta mayo.
Biden encargó a Harris la gestión de la migración y la misión de coordinarse con los países del Triángulo Norte de Centroamérica para contener la llegada de migrantes a la frontera sur de Estados Unidos.
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También reiteró sus acusaciones infundadas de que hubo un fraude electoral en los comicios presidenciales de noviembre pasado; arremetió contra el sufragio por correo, que fue fundamental en medio de la pandemia; y afirmó que los demócratas se aprovecharon de la Covid-19 para ganar la elección.
Con este mitin, que duró hora y media, Trump retomó los eventos al estilo electoral para cumplir su promesa de “vengarse” de los republicanos que votaron a favor de que se celebrara su segundo juicio político en el Senado por el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero.
De hecho, el objetivo del acto de este sábado fue arropar a uno de sus exasistentes en la Casa Blanca, Max Miller, que desafía en las primarias republicanas del próximo año al legislador Anthony Gonzalez por un escaño de un distrito de Ohio.
Gonzalez fue uno de los 10 republicanos de la Cámara Baja que votaron a favor de abrir un juicio político contra Trump. El exmandatario lo calificó de una mala persona “no respetada” en Washington, un republicano “falso” y una “desgracia” para Ohio.
El mitin de este sábado y otros actos que tiene programados próximamente son vistos como una estrategia para consolidarse como líder del Partido Republicano, donde continúa siendo la figura más popular entre su base de votantes.
Con información de EFE.
