La agencia calificadora de riesgos S&P Ratings elevó la perspectiva de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México a 5.8% al cierre de 2021, lo que significó una mejora de 1.0% desde la previsión hecha en marzo.
El nuevo informe de S&P aseguró que la economía mexicana se beneficia con la “fuerte recuperación económica de Estados Unidos” a través de las exportaciones de manufacturas y de las remesas. Pero destacó que el panorama de la inversión fuera del sector manufacturero sigue “relativamente débil“, asociado con políticas gubernamentales que reducen incentivos a la inversión en sectores clave, como el energético.
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A esto sumó la falta de medidas de estímulo económico para contrarrestar el impacto de la pandemia que sólo equivalieron a alrededor del 1% del PIB en 2020, por lo que aseguró que el daño a las pequeñas y medianas empresas ha sido relativamente grande.
En la actualización de las perspectivas económicas para América Latina del tercer trimestre de 2021, la calificadora explicó que pese a que en 2021 se ve una economía más sólida “abundan los obstáculos para el crecimiento a largo plazo”.
“Las exportaciones han vuelto a sus niveles anteriores a la pandemia y las remesas son aproximadamente un 1% más altas de lo normal del PIB”, destacó la agencia.
“Hemos aumentado nuestras proyecciones de crecimiento del PIB para 2021 para las principales economías de América Latina a un 5.9% desde un 4.9%, debido a un desempeño mejor al esperado de los sectores de servicios en lo que va del año”, explicó el reporte de S&P.
Para 2022 la calificadora apenas cambió la perspectiva para el PIB mexicano a 2.9%, 0.2% más que en marzo.
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Para los dos años siguientes la recuperación económica del país será de 2.2% y 2.1%, respectivamente.
La normalización de la política monetaria, el endurecimiento fiscal y las medidas de política menos predecibles retrasarán la recuperación, alertó el informe.
Los efectos de la pandemia de Covid-19 en la economía de los hogares más pobres y de clase media endureció las cifras de pobreza, además de aumentar las tensiones sociales y políticas, lo que podría generar un alto grado de incertidumbre política en los años posteriores y frenar aún más la inversión y reducir el crecimiento potencial.
