Identificación del normalista Jhosivani en 2015 fue dudosa; ahora hay certeza de 99%, afirma FGR

Identificación del normalista Joshivani en 2015 fue dudosa; ahora hay certeza de 99%, afirma FGR
Foto: EFE

La Fiscalía General de la República (FGR) afirmó este martes que la identificación de Jhosivani Guerrero de la Cruz realizada por la Universidad de Innsbruck, en Austria, da una certeza de 99%, a diferencia de la que realizaron las autoridades en 2015 luego de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la cual calificó de dudosa.

El proceso que se siguió con Jhosivani consistió en una prueba de ADN nuclear de una vértebra lumbar humana, según indicó Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especial de Investigación y litigación para el caso Ayotzinapa.

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El funcionario detalló que la vértebra hallada en la Barranca de la Carnicería no tenía rastros de exposición al fuego y únicamente presentaba “erosión de la naturaleza”. Los resultados de la prueba arrojaron concordancia con el ADN de sus padres y de sus tres hermanos.

Gómez Trejo subrayó que en septiembre de 2015, la Procuraduría General de la República informó que había identificado a Jhosivani Guerrero de la Cruz con un análisis de ADN mitocondrial. Sin embargo, esos resultados tenían una menor certeza y una coincidencia de 17%.

“Las autoridades de la PGR de aquel entonces decidieron dar a conocer un resultado que era dudoso”, indicó el fiscal especial.

Luego de recibir los hallazgos de la Universidad de Innsbruck, Gómez Trejo y Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, acudieron a notificar a la familia de la identificación del normalista de Ayotzinapa asesinado.

“Los resultados de los estudios por ADN nuclear, a diferencia de los de ADN mitocondrial, permiten una certeza en la identificación del 99.999%”, indicó el titular de la Unidad.

Según la versión del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, los 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron detenidos el 26 de septiembre de 2014 por policías corruptos en Iguala, Guerrero, y entregados al cártel Guerreros Unidos, que los asesinó e incineró en el basurero de Cocula y tiró los restos en un río San Juan.

Esta versión, conocido como la “verdad histórica”, fue cuestionada por los familiares y por una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que señaló que los cuerpos no pudieron ser quemados en ese lugar.

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