Por: Enrique Pons Franco
Los griegos se lo preguntaron en el siglo VI a.c. y desde entonces, han corrido ríos de tinta y raudales de voces tratando de explicar su concepto, su esencia y para qué nos sirve. Definirla puede ser tan sencillo o complejo como desee quién trata de explicarlo, y es que, a lo largo de mi carrera como abogado y como estudioso del derecho, han pasado frente a mis ojos tantos conceptos e ideas sobre la democracia que me sería imposible recordarlas todas.
He leído postulados que me hablaron de las democracias: directa, indirecta, literal, numérica, constitucional, política, liberal, conservadora, legislativa, social, económica, judicial o electoral. Después de todo eso, heme aquí, un domingo 6 de junio del 2021, reflexionando frente a tu pantalla, y esperando que justamente, te encuentres siendo democracia.
Este domingo, tú, yo, él, ella, nosotros, ustedes y ellos son democracia. Eso que decidiste anoche sobre a qué hora despertar, apagar la luz de tu habitación, mandar un último mensaje de buenas noches, es democracia.
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Lo que me permite expresarme con libertad, en un medio de comunicación electrónico, o lo que te hace postear en tus redes sociales, aunque no lo creas, es democracia. También esta mañana desplazarte y circular con libertad por las calles de tu ciudad, en tu automóvil, en tu bicicleta, en transporte público o a pie, es democracia.
Ir a desayunar, comer, cenar, tomar una cerveza, un vino, embriagarte o no, fumar marihuana o no, tener hijos o no, abortar o no, amar o gustar de personas del sexo opuesto o del mismo sexo, viajar, ir de fiesta, ir a la universidad, estudiar una licenciatura, una maestría, un doctorado, todo ello, no lo olvides, es democracia.
Pero también, tener un padre, una madre, si se puede, una herencia (aunque le quieran poner impuestos), disfrutar de una beca merecida por tu esfuerzo, tener teléfono, agua, luz, un hospital donde acudir cuando te enfermas, hasta una vacuna contra la Covid-19 es democracia. ¿Y sabes por qué? Porque nuestra Constitución, los tratados internacionales y nuestra leyes nos reconocen toda esa lista interminable de derechos que en ocasiones vemos tan comunes o tan corrientes.
Pero esos documentos no se hicieron solos, los propusieron, los discutieron, y los aprobaron, entre otros, los hombres y las mujeres por los cuales hoy, tienes la posibilidad de ejercer un derecho bastante importante: el de elegir a la persona que habrá de hacer por y para ti, las leyes que habrán de regir tu vida, la mía y la de los demás.
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Por eso, y porque mañana lunes, si nadie trabajará por ti, hoy domingo, no dejes que nadie decida por ti. Ve a tu casilla y vota. Vota por la mujer o por el hombre que mejor creas que te representará y hará las leyes de este país o de tu estado. Elige a quién creas que logrará que tengamos leyes para una sociedad más justa, más protegida, menos corrupta, más segura, y que administre mejor los impuestos que pagas.
Lo de hoy no se trata de quién bailó mejor o hizo más ridículos en sus videos en TikTok, o sobre del que hizo los mejores chistes en la radio, o del que se quejó más. Se trata de tu futuro, del mío, del de tu familia y la mía. Pero cuidado, lo dije ayer y lo reitero hoy, paz y democracia son elementos indisolublemente unidos, por eso, pase lo que pase, hoy, mañana y siempre, seremos mexicanos, seremos democracia.
