Reuters.- El Tribunal de La Haya ordenó a la petrolera Royal Dutch Shell que acelerara significativamente los recortes planificados de emisiones de gases de efecto invernadero, en un fallo histórico que podría preparar las condiciones legales contra otras empresas energéticas en el mundo.
En una sala de audiencias en La Haya, la jueza Larisa Alwin leyó en voz alta el fallo que ordena a Shell a reducir en 45% sus emisiones de carbono que calientan el planeta.
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A la petrolera se le ha ordenado que disminuya su huella de carbono, respecto a sus emisiones de 2019, en un 45% para 2030, un mandato que está por encima de su planeación de reducir su huella de carbono.
Shell tiene el objetivo de reducir la intensidad de carbono de sus productos en al menos un 6% para 2023, un 20% para 2030, un 45% para 2035 y un 100% para 2050 a partir de los niveles de 2016, tres años atrás de los que marca el fallo de La Haya.
La firma energética se pronunció y apelará el fallo judicial del Tribunal que se produce en medio de la creciente presión de los inversores, activistas y gobiernos sobre las empresas de energía para que se alejen de los combustibles fósiles y aumenten rápidamente las inversiones en energías renovables.
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Shell dijo en respuesta que “se necesita una acción urgente sobre el cambio climático” y que, por lo tanto, ha establecido su plan para convertirse en una compañía de energía con cero emisiones netas para 2050.
Problema para Pemex
Recientemente, Shell vendió a Petróleos mexicanos (Pemex) por 596 millones de dólares, la refinería Deer Park ubicada en Houston, Texas, que es parte de la problemática contaminante que se está cabildeando en el Tribunal de La Haya.
Esta venta le ayudará a Shell, siempre y cuando las autoridades regulatorias de Estados Unidos la autoricen, a reducir su huella de carbono, sin embargo, las emisiones continuarán siendo iguales, sólo que serán de Pemex y no de la petrolera europea.
