Paola Espinosa vuelve a competir: “Temí por mi vida, ahora quiero mi medalla”

Paola Espinosa ya está en Tokio con la selección mexicana en el Mundial de Clavados. (Foto: @paolaespinosaof).
Paola Espinosa, clavadista mexicana. (Foto: @paolaespinosaof).
El Mundial de Clavados marca el regreso de Paola Espinosa, quien se enfoca en ganar su tercera medalla olímpica tras un 2020 muy complicado.

La clavadista mexicana Paola Espinosa vuelve a la competencia tras más de un año de inactividad oficial en el que sufrió los estragos de la pandemia, ya que se contagió de Covid-19 y temió por su vida, pero de cara a sus quintos Juegos Olímpicos, reafirma que su único objetivo es lograr su tercera medalla olímpica.

A tres meses de cumplir 35 años de edad, Paola Espinosa ofreció una entrevista antes de iniciar su participación en la Copa del Mundo de Clavados de la FINA, que inicia este sábado en Tokio, Japón, sede de los Juegos Olímpicos. 

Paola Espinosa obtuvo su boleto a los Juegos Olímpicos en el Campeonato Mundial FINA 2019 en Gwangju, Corea del Sur, donde consiguió la medalla en la final sincronizada de trampolín de 3 metros.

Ha sido un año muy difícil para todos”, confiesa Paola Espinosa al sitio web de la FINA. Además de los desafíos obvios relacionados con el contexto global de Covid-19, se infectó con el virus a mediados de diciembre de 2020. Lo que parecía ser una situación inocua, luego se convirtió en una neumonía grave que requirió un tratamiento intenso.

Tenía mucho miedo, especialmente por mi hija pequeña. Por la noche dormía sentada, temía no poder despertarme por la mañana… tenía que tomar cortisona, tenía kilos de más y me enfrentaba a muchos mensajes contradictorios. Luego consulté con un experto y seguí estrictamente su tratamiento. Al mes, las cosas empezaron a mejorar y pude retomar los entrenamientos”.

Paola Espinosa, campeona del mundo en 2009 en la plataforma de 10 metros – ganó tres medallas adicionales en el escaparate de la FINA -, es también la clavadista mexicana más condecorada a nivel olímpico, con una plata en Londres 2012 en la final sincronizada de 10 metros y un bronce, cuatro años antes, en el mismo evento de Beijing 2008.

SU HIJA, LA MAYOR MOTIVACIÓN

“Estos Juegos Olímpicos de Tokio serán muy emotivos para mí. Los viviré de una manera completamente diferente esta vez. Mi sueño era tener a mi hija mirándome desde las gradas, pero lamentablemente esto no será posible… Ella ha sido una motivación muy fuerte para mí durante este período difícil”.

Sobre su meta, lo tiene claro: “Ganar una medalla. Quiero esto para mí, para mi hija y para mi país. Estoy entrenando bien, me siento fuerte y tengo un gran equipo a mi alrededor, dirigido por mi entrenador Ivan Bautista. Tengo todas las condiciones para alcanzar ese objetivo aquí en Tokio”.

Por el momento, el foco es la Copa del Mundo de Clavados de la FINA, donde competirá con su compañera de equipo Melany Hernández en la final sincronizada de 3 metros.

“Esta piscina es excepcional, me gusta mucho, ya se puede sentir la competencia. ¡Es muy bonito, como lo vimos tantas veces en las fotos! Además, todos son muy amables, cuidándonos y brindando las mejores condiciones posibles”.

Su único pesar será la falta de espectadores: “Obviamente, no será lo mismo. Extrañaremos esa emoción, esas banderas ondeando en las gradas, la alegría de los aficionados… Sin embargo, dada esta situación desafiante, podemos entender fácilmente que la salud de la gente es la prioridad número uno ahora… “.

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