Por Claudio Ochoa Huerta
Con sudor escurriéndole por la nariz, despeinado y con la playera empapada grabó un video en formato selfie para sus redes sociales, un día después de presentar “su iniciativa” considerada por juristas como un atentado contra la Constitución: “Buen viernes, a todas y a todos, después de una muy intensa jornada ayer en el Senado, debate álgido, pero siempre defendiendo nuestro punto de vista, hoy ya terminamos de hacer ejercicio y listos para seguir trabajando este fin de semana”, dijo.
Mientras él lo publicaba, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo dejaba en evidencia al pronunciarse a favor de la reforma: “Es más, yo envié la iniciativa”, reconoció en Palacio Nacional.
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Es Raúl Bolaños Cacho Cué, senador por Oaxaca con el Partido Verde Ecologista de México, y quien, de último minuto, presentó en la cámara alta el madruguete para que el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, ampliara su mandato por dos años más de lo que establece la Constitución.
En el Senado describen a Bolaños como un legislador que baja la cabeza y dobla las manos ante Morena, porque no tiene trayectoria propia. Lo identifican como un instrumento de Manuel Velasco, manejado en mancuerna con Ricardo Monreal, según sea necesario.
Bolaños comenzó su carrera política como secretario particular del priista Alejandro Murat, en el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) durante la administración de Enrique Peña Nieto. Luego, cuando Murat ganó la gubernatura de Oaxaca, convirtió a Bolaños en secretario de Desarrollo Social. Finalmente renunció para ir al congreso en la actual legislatura.
Legisladores de oposición dicen que Bolaños conoce el estado por postal, que sólo pisa la calle para grabar propaganda montado en caballos finos como si se tratara de un humilde hombre de campo que no pasó por Harvard y la Wharton School de Pennsylvania. Es hijo de Raúl Bolaños Cacho Guzmán, designado cónsul en Sao Paulo, Brasil, por el presidente López Obrador, y exmagistrado del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.
En la iniciativa de Bolaños que no fue de Bolaños, hubo otra víctima en la carambola que significa los arreglos de Morena con el Verde Ecologista.
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Se trata de Xavier Nava, alcalde panista de San Luis Potosí, con licencia, pero al mismo tiempo candidato de Morena a la reelección.
Mientras la iniciativa Zaldívar era aprobada en el Senado, el Tribunal Electoral de San Luis Potosí alistaba el retiro de la candidatura a Nava, bajo el argumento de que no podía buscar la reelección con un partido distinto al que lo llevó al poder inicialmente. Horas más tarde se confirmó.
La caída de Nava beneficia directamente al PVEM. Él ha sido un constante crítico y rival político de Ricardo Gallardo Juárez, “El Pollito”, candidato del Partido Verde Ecologista a la gubernatura de San Luis Potosí, quien incluso estuvo preso acusado de desviar más de 200 millones de pesos del municipio de Soledad de Graciano, del que fue alcalde, a cuentas de sus empresas.
Mario Delgado, que como dirigente de Morena incluso ha acampado para defender las candidaturas de Félix Salgado Macedonio, en Guerrero, y de Raúl Morón, en Michoacán, no ha aparecido. Solo silencio.
