EFE. – El gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, rechazó este martes la solicitud del presidente Joe Biden de alojar niños migrantes en ese estado, como ya lo habían hecho los mandatarios de Iowa y de Carolina de Sur, indicando que los recursos disponibles se usarán sólo para los menores locales.
Ricketts señaló su “desacuerdo” con la posición de la administración de Biden de permitir que menores migrantes que ingresaron a Estados Unidos sin la compañía de adultos puedan reencontrarse con sus padres o familiares sin pasar antes por el proceso de pedir asilo o sin que lo decida una corte de inmigración.
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“Reservamos nuestros recursos para servir a nuestros niños”, dijo Ricketts, quien anteriormente indicó que los trabajadores migrantes en Nebraska debían “esperar al final de la línea” para ser vacunados contra la Covid-19 después de los ciudadanos, y quien antes respaldó restricciones al alquiler de viviendas para personas con situación migratoria irregular.
“Yo no quiero que nuestros niños sufran como resultado de las malas políticas públicas del presidente Biden”, enfatizó el mandatario estatal, agregando que una mejor alternativa sería reunir a los niños y a sus padres “en sus países de origen”.
Ricketts aseguró que no le compete a Nebraska “resolver la crisis de inmigración creada por el presidente Biden” al dejar que “miles de menores no acompañados” ingresen a Estados Unidos.
Ricketts siguió así los pasos del gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, quien este lunes firmó una orden ejecutiva para evitar la llegada a ese estado de menores migrantes. De acuerdo con McMaster, Carolina del Sur no cuenta con los recursos suficientes para cumplir con esa tarea.
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La gobernadora de Iowa, Kim Reynolds, fue la primera en rechazar a los niños migrantes, explicando que “el problema es del presidente (Biden), no nuestro problema”.
De acuerdo con un reportaje publicado recientemente por el diario The New York Times, 20 mil menores extranjeros están actualmente bajo custodia de las autoridades federales de inmigración, y otros 15 mil llegarán en los próximos dos meses como consecuencia del impacto de la pandemia e incluso de los huracanes en zonas de México y América Central.
Estados como California, Michigan y Pennsylvania ya aceptaron recibir a cientos de niños migrantes.
Otros estados, como Colorado, están negociando el uso de instalaciones federales para alojar a los menores, incluyendo la Base Peterson de la Fuerza Aérea en Colorado Springs, aunque la mención de esa posibilidad generó rechazo entre organizaciones proinmigrantes y el congresista republicano Doug Lamborn.
