Taylor Swift recupera su música con el relanzamiento de ‘Fearless’

Taylor Swift recupera su música con el lanzamiento oficial de Fearless
La nueva versión del disco de 2008 incluye seis canciones inéditas. Foto: Instagram

Taylor Swift superó este viernes el reto de regrabar y volver a publicar Fearless, un disco editado en 2008, para recuperar la propiedad intelectual de su música.

Esto luego de que los derechos de sus primeros trabajos terminaran en manos de un fondo de inversión ajeno a ella.

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Fearless (Taylor’s Version) tiene el mismo sonido que el original, con seis canciones inéditas que no entraron en aquella grabación, por lo que la lista se incrementa a 27 canciones.

El lanzamiento supone una victoria para Swift en su batalla por recuperar los derechos de sus canciones. Este reto comenzó en el otoño de 2020 cuando comenzó a grabar desde cero sus seis primeros discos.

“Este proceso ha sido más lleno de satisfacción y emocional de lo que hubiese imaginado y me ha dado más determinación para regrabar toda mi música”, aseguró la cantante. 

La ganadora de tres Grammy al álbum del año editó su primer trabajo en 2006 bajo el sello de Nashville Big Machine, que tenía control de la mayor parte de los derechos de sus canciones, como es habitual en los comienzos de una carrera. 

En los siguientes años, Swift lanzó más discos con este pequeño sello hasta que en 2019 firmó un contrato más ventajoso con Universal Music, que le daba los derechos de lo que publicase en el futuro. 

Pero el representante musical Scooter Braun adquirió el antiguo sello Big Machine y todas las grabaciones de los primeros seis álbumes de la artista, varios de ellos discos de platino. 

Esa compra, valorada en 300 millones de dólares, se realizó con la participación del fondo de inversión Carlyle Group y fue posteriormente traspasada a la firma de inversión Shamrock Capital, sin ningún vínculo con la cantautora. 

Swift fue muy crítica con esa maniobra, ya que la despojaba de todas sus canciones y culpó a Braun, que representa a otras estrellas del pop como Justin Bieber o Ariana Grande, de manipular y querer desmantelar su trabajo. 

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Al ser compositora, Swift no tenía el control de las grabaciones pero sí de las letras, por lo que podía volver al estudio y replicar toda su discografía anterior. 

Con esta estrategia cada vez que se utilice una canción suya en televisión o se reproduzca en una plataforma de streaming los beneficios no irán al fondo de inversión que controla su catálogo anterior. 

Con información de EFE

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