Reuters.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este lunes que su propuesta de aumentar los impuestos a los grandes corporativos del país no afectará a la economía estadounidense.
En declaraciones a periodistas después de llegar a Washington tras un fin de semana en el retiro presidencial de Camp David, Biden también dijo que “no había evidencia” de que su propuesta de aumento del impuesto corporativo condujera a una fuga de empresas en Estados Unidos.
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Cuando se le preguntó si elevar la tasa de impuesto corporativo del 21% al 28% alejaría a las corporaciones del país, Biden respondió: “En absoluto… no hay evidencia de eso”.
El predecesor de Biden, Donald Trump, redujo la tasa corporativa del 33% al 21% en 2017. El ex mandatario republicano prometió, en repetidas ocasiones, abordar el tema de la vieja infraestructura de la nación durante su presidencia, pero nunca lo cumplió.
Los planes de Biden han generado críticas tanto de republicanos como de demócratas, incluido el senador demócrata, Joe Manchin, cuyo apoyo podría ser fundamental para garantizar la aprobación en un Senado dividido en partes iguales entre los dos partidos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el presidente tiene la mayor de las aperturas para conversar con los con republicanos y demócratas sobre cómo financiar las inversiones propuestas.
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Cuando se le consultó si el gobierno había analizado el costo de acordar una tasa impositiva corporativa más baja del 25%, la más alta que Manchin dice que aceptaría, Psaki señaló que la tasa del 28% sería más baja que en cualquier momento desde la Segunda Guerra Mundial.
“Combinado con las otras propuestas fiscales, pagaría la totalidad del paquete. Por eso (Biden) sintió que es una propuesta responsable”, mencionó. “Habrá diferentes ideas para los pagos, habrá diferentes ideas para las propuestas de impuestos. Todo eso tendrá que sopesarse con los líderes del Congreso”.
Empresarios, en contra
La Cámara de Comercio de Estados Unidos, el grupo empresarial más grande del país, calificó el mes pasado la propuesta de Biden como “peligrosamente equivocada” y advirtió que el alza de impuestos a las empresas “desacelerará la recuperación económica y hará que Estados Unidos sea menos competitivo a nivel mundial”.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) respaldó la idea general de que los países más ricos utilicen impuestos para reducir las desigualdades expuestas por la pandemia de Covid-19, incluidos los impuestos progresivos sobre la renta, los impuestos a la herencia y la propiedad y los impuestos sobre las ganancias corporativas “excedentes”.
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Biden, cuya agenda se centra en gran medida en abordar las desigualdades raciales y de género, dijo que otros países están invirtiendo miles de millones de dólares en infraestructura y que Estados Unidos también necesita hacerlo para impulsar su competitividad.
El presidente estadounidense rechazó las críticas republicanas de que su plan está lleno de elementos no relacionados con la infraestructura. Enumeró el agua potable, las escuelas y los trenes de alta velocidad como elementos clave que también contaban como infraestructura, además de proyectos más tradicionales como puentes, carreteras y caminos.
