Derek Chauvin, el exoficial de la policía de Minneapolis acusado de asesinar a George Floyd, no debió haberse arrodillado en el cuello del afroamericano después de que dejó de resistirse al arresto, testificó este jueves David Ploeger, quien era supervisor del tercer precinto de la ciudad cuando ocurrieron los hechos.
Durante el cuarto día del juicio contra Chauvin, Pleoger dijo que el pasado 25 de mayo llamó al entonces policía después de recibir una llamada de un operador del 911 preocupado por lo que estaba mirando en una cámara de seguridad de la ciudad.
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“Llamó para decir que no tenía la intención de ser un soplón, pero que había visto algo mientras miraba una cámara que pensaba que era preocupante”, expresó Pleoger, un sargento retirado.
En la conversación con Chauvin, indicó, el oficial no le dijo que se había arrodillado sobre el cuello de Floyd mientras lo inmovilizaba, y no fue hasta media hora después, cuando él estaba en el hospital esperando a que el afroamericano pudiera responder para revelar información, que el policía compartió los detalles con su supervisor.
“Estaba por llamarte y hacer que vinieras a nuestra escena aquí”, le dijo Chauvin a Pleoger, según muestra un video de una cámara corporal reproducido el jueves en el juicio. “Solo tuvimos que sujetar a un tipo. Se estaba volviendo loco. No se iba a la parte de atrás del vehículo”.
El video termina poco después, pero en el resto de la llamada, de acuerdo con el testimonio de Pleoger, Chauvin dijo que habían intentado meter a Floyd en el auto y que, tras resistirse, tuvo una emergencia médica.
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Pleoger condujo hasta el lugar de los hechos y luego aconsejó a los policías que hablaran con los testigos, pero Chauvin buscó disuadirlo.
“Podemos intentarlo, pero todos son bastante hostiles”, dijo Chauvin.
Chauvin, de 45 años, está acusado de asesinato y homicidio involuntario por matar a Floyd arrodillándose en el cuello del hombre de 46 años durante 9 minutos y 29 segundos, mientras yacía boca abajo esposado.
