El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, continuó criticando la reforma electoral aprobada ayer en Georgia, y dijo el viernes por la tarde que el Departamento de Justicia está analizando qué acciones podría tomar a fin de proteger el derecho al voto de los residentes del estado.
Cuando reporteros le preguntaron si había algo que la Casa Blanca pudiera hacer en respuesta a los cambios republicanos a las leyes de votación de Georgia, que los demócratas y activistas afirman que marginan de manera desproporcionada a los votantes afroamericanos, Biden afirmó que su administración “está trabajando en eso ahora mismo”.
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“No sabemos exactamente qué podemos hacer en este momento, pero el Departamento de Justicia también está echando un vistazo“, expresó el presidente poco antes de abordar el Marine One afuera de la Casa Blanca. “No necesitas nada para entender que esto no es más que un castigo, diseñado para evitar que la gente vote”.
El presidente agregó que las palabras que compartió en un comunicado emitido horas antes, en el cual dijo que la medida es un “flagrante ataque a la Constitución y a la buena conciencia”, no fueron “tan fuertes como las que realmente estaba pensando”.
El comunicado también incluyó un llamado de Biden al Congreso para que apruebe proyectos de ley de votación como la Ley para el Pueblo, que consiguió el visto bueno de la Cámara de Representantes, liderada por los demócratas, a inicios de mes.
“Este es Jim Crow en el siglo XXI. Debe terminar. Tenemos la obligación moral y constitucional de actuar. Una vez más insto al Congreso a aprobar la Ley para el Pueblo y la Ley de Promoción del Derecho al Voto John Lewis para facilitar el acceso de todos los estadounidenses elegibles a las urnas y evitar ataques al sagrado derecho al voto”, lee el documento.
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Las llamadas “leyes de Jim Crow” fueron la base de la segregación racial en los estados del sur de Estados Unidos.
El gobernador de Georgia, Brian Kemp, respondió al mensaje de Biden diciendo en una declaración que “no hay nada de Jim Crow” en la reforma, y alegando que el presidente, la izquierda y los medios de comunicación nacionales “están decididos a destruir la santidad y seguridad de las urnas”.
