Reuters.- Estados Unidos pudo haber evitado casi 400 mil muertes a causa de la Covid-19 si hubiera recortado el gasto federal sin dejar de apoyar a los más desprotegidos y si hubiera promovido el uso de cubrebocas y medidas de confinamiento más restrictivas.
Esa es la conclusión de un conjunto de artículos de investigación publicados en una conferencia de la Brookings Institution esta semana, que suponen un inicio de lo que probablemente será un esfuerzo intenso en los próximos años para evaluar la respuesta a la Covid-19, considerada la peor pandemia en un siglo.
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La investigación asegura que Estados Unidos desperdició dinero y vidas en su respuesta a la pandemia de Covid-19. Las muertes por coronavirus en este país podrían haberse mantenido por debajo de 300 mil si en mayo se hubieran adoptado protocolos generalizados de uso de cubrebocas, distanciamiento social y pruebas de Covid-19 mientras llegaba la vacuna, aseguró Andrew Atkeson, profesor de Economía en la Universidad de California.
De acuerdo con las cifras de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos acumula, hasta ahora, 545 mil decesos por Covid-19, por lo que ocupa el primer lugar mundial en este rubro.
Atkeson señaló que, cuando empeoraba la pandemia, la gente se resguardaba, pero cuando la situación mejoraba, se eliminaban las restricciones y la gente era menos cuidadosa.
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Como resultado, dijo, “el nivel de equilibrio de las muertes diarias permaneció en una banda relativamente estrecha” hasta que llegó la vacuna.
Sus proyecciones muestran un total de 670 mil muertes por coronavirus cuando las vacunas se propaguen y la crisis ceda. El resultado, si no se hubiera desarrollado una vacuna, habría sido de 1.27 millones, según el experto.
Pese a los apoyos otorgados, la respuesta económica pudo haberse adaptado mejor, argumentó Christine Romer, profesora de economía de la Universidad de California en Berkeley, al igual que el ex secretario del Tesoro, Lawrence Summers, y autoridades de las dos últimas administraciones demócratas.
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El gobierno federal estadounidense ha otorgado más de 5 billones de dólares en gastos relacionados con la Covid-19. Sin embargo, a Christine Romer le preocupa que las inversiones de mayor prioridad se difieran por las asignaciones a iniciativas como el Programa de Protección de Pagos.
“Si algo como el billón de dólares gastado en pagos de estímulo, que hicieron poco para ayudar a los más afectados por la pandemia, termina impidiendo gastar un billón de dólares en infraestructura o en cambio climático en los próximos años, Estados Unidos habrá hecho un trato muy malo”, advirtió Romer.
