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EFE.- La derecha radical de Israel logró este miércoles entrar en el Parlamento a través de una alianza de facciones ultras llamada Partido Sionista Religioso, abiertamente racista y homófoba y que con un 88% de los votos escrutados contará con al menos cuatro diputados.
La entrada de esta formación a la Knéset (Parlamento israelí) rompe con su histórica marginación de la política israelí, evidencia la progresiva derechización del electorado y fue facilitada por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
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El mandatario no sólo gestionó la creación de esta alianza, sino que incluso firmó con ella un acuerdo de votos excedentes, por el que dos partidos pueden transferirse entre sí los sufragios que no les hayan alcanzado en estas elecciones para lograr un escaño.
Aunque un gobierno de Netanyahu que incluya el apoyo del Partido Sionista aún no está garantizado, lo que sí es seguro es que los diputados de esta formación no pasarán desapercibidos en la Knéset.
Mientras que su líder, Bezalel Smotrich, abogó recientemente por que Israel se rija “de acuerdo a las leyes de la Torá” y hasta por la separación de mujeres árabes y judías en las maternidades de los hospitales, el miembro más polémico del Partido Sionista Religioso es el número tres de su lista, Itamar Ben-Gvir.
Reconocido abogado defensor de extremistas judíos que han asesinado a palestinos, Ben-Gvir es además uno de los principales herederos ideológicos del rabino Meir Kahane, exparlamentario asesinado en 1990, que había impulsado iniciativas anti-árabes y contra el matrimonio y el sexo entre judíos y no judíos antes de ser vetado de la política por racista.
En las últimas semanas, Ben-Gvir, que lidera la facción Poder Judío dentro de esta alianza de extremistas, se ha mostrado a favor de expulsar de Israel a sus ciudadanos árabes “desleales” y ha adelantado que hará lo posible, no solo para detener el juicio por corrupción contra Netanyahu, sino también por reformar el sistema judicial.
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Si de miembros controvertidos se trata, el Partido Sionista Religioso cuenta también en su lista con un candidato que, mediante el eslogan “Israel elige ser normal”, impulsa una agresiva agenda contra el movimiento LGTB.
Su nombre es Avi Maoz, encabeza la facción Noam de la alianza y ha hecho de la homofobia una de sus principales banderas de campaña.
Más allá de su pertenencia a la Knéset, esta alianza radical sería necesaria para la conformación del gobierno de Israel que pretende establecer Benjamín Netanyahu, que incluiría además a los partidos ultraortodoxos y, posiblemente, al ultranacionalista Yamina.
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