Por Lucía Hernández
“No se va a usar nunca la policía”, prometió el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, luego de que en días pasados el Palacio Nacional en la Ciudad de México, amaneció blindado con vallas metálicas ante la marcha de mujeres por el 8M. La historia del lunes 8 de marzo fue distinta.
Cuando mujeres y familiares de víctimas se reunieron para marchar hacia el Zócalo capitalino se encontraron con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que en más de una ocasión las golpearon, rociaron con polvo de extintor y gas lacrimógeno para dispersarlas.
Las feministas lograron quitar parte de la estructura de metal del “muro de paz” y aunque no pudieron acercarse al Palacio, al impedírselos policías con sus escudos, palos y hasta tubos, ellas continuaron con sus consignas como “Si nos matan, que nadie descanse en paz”, “¡Fuimos todas!”, “Vivas nos queremos” y sus performance en la explanada del Zócalo en honor a las víctimas de feminicidio y desaparecidas en México.
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