#8M2021 El diario Libération revela el relato de un violador, para mostrar violencia contra las mujeres

El diario Libération revela el relato de un violador, para mostrar violencia contra las mujeres
Foto: Shutterstock

“Perdí el control. Aunque soy tranquilo por naturaleza, sentí una cascada de ira volcándose sobre mí. Más y más violencia. Más y más intensa. Cada vez menos consideración hacia el otro. De repente, sólo estaban las emociones extremas y raras que sentía”, narra un violador en la primera página del diario francés Libération, una apuesta por poner el dedo en la llaga de la violencia contra las mujeres.

“Ella, como muerta… Se borró de mi mirada, que se había vuelto primaria y animal. Violé”, esta es la impactante historia del hombre de 20 años, que desnuda la mente de un agresor.

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“Es un texto contundente e incómodo”, escribieron en la editorial del periódico al explicar la iniciativa. El relato les llegó “hace unos diez días por el correo electrónico del diario, con el título ‘Yo violé. Tú violas. Nosotros violamos’”.

Su autor, Samuel, un estudiante de 20 años, admite desde las primeras líneas que violó a su expareja, un caso que se volvió emblemático y origen de manifestaciones en Burdeos, Francia.

“El autor no se autoflagela, no da marcha atrás, explica. Y explicar no significa disculparse. Decir que se da el punto de vista del violador es sólo parcialmente cierto. Su reflexión quiere hacernos preguntas, sacarnos de la zona de confort que consiste en creer que el violador, el monstruo, es el otro”, apunta el joven.

La de Samuel y su novia era una relación tremendamente “apasionada”, escribió él, “sin límites ni barreras, extrema”.

“Tal como a mí me gustaba. La intensidad que me trajo casi me hizo olvidar mi vida plana y monótona. Si uno de nosotros dos proponía nuevas líneas para que no se cruzaran, era inmediatamente ridiculizado. Y esto nos gustaba”, indica como justificando los actos.

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La violación ocurrió cuando la separación de la pareja era inevitable: “Nos volvíamos una última vez sobre la cama, como para volver a sentir el contacto poderoso y devastador del otro en nuestro cuerpo. Sentía una profunda ira, explicitada por la violencia que dejamos atrás. Perdí el control. Estaba la violencia, luego la imposibilidad de hablar de ello, porque el violador es siempre el otro, nunca nosotros mismos”, explica.

“Hoy -escribe Samuel- lo reconozco. Pero ciertamente no es gracias a mí. Sólo quien está señalada como ‘víctima’ pudo abrirme los ojos. Entonces, sí, lo reconozco”.

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