Se espera que este viernes los legisladores del estado de Nueva York aprueben una medida que neutralice las facultades especiales otorgadas el año pasado al gobernador del estado, Andrew Cuomo, para manejar la pandemia de Covid-19, en medio de escándalos sobre las muertes por el virus en asilos y acusaciones de acoso sexual al mandatario.
Andrea Stewart-Cousins, líder de la mayoría del Senado del estado, y Carl Heastie, presidente de la Asamblea, los principales demócratas del estado después de Cuomo, programaron una sesión especial para la mañana de este viernes, en la que cuestionarán la capacidad del gobernador para emitir órdenes ejecutivas vinculadas al estado de emergencia por coronavirus en Nueva York, según el New York Post.
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La legislación le prohibiría a Cuomo crear nuevas directivas sin la aprobación de la Legislatura y le prohibiría la extensión de las directivas existentes a menos que se considere “crítico para la salud pública”.
De ser aprobada por los legisladores, la medida entraría en vigor de manera inmediata, una vez sea firmada por Cuomo, quien dijo estar dispuesto a hacerlo durante una conferencia de prensa.
En dicha conferencia, el mandatario estatal dijo estar “de acuerdo” con los planes de los legisladores.
Asesores de Cuomo alteraron reporte de muertes por Covid-19 en hogares de ancianos
Los principales asesores del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, presionaron a funcionarios estatales para que alteraran un reporte que mostraba que más residentes de hogares de ancianos habían muerto por coronavirus que los que la administración había reconocido, informó The New York Times el jueves.
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Las modificaciones que los asesores de Cuomo exigieron en el informe de asilos de ancianos revelan el esfuerzo más temprano del gobernador por ocultar la verdadera magnitud del problema.
El reporte de julio, que examinaba los factores que llevaron a la propagación del coronavirus en los hogares de ancianos, únicamente tomó en cuenta a los residentes que murieron dentro de las instalaciones de estos centros, dejando fuera a los que fallecieron en hospitales tras contraer la enfermedad en donde vivían.
