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EFE.- Un total de 34 personas, algunas de ellas menores de edad, fueron arrestadas ayer sábado en la región de Cataluña tras manifestaciones exigiendo la liberación del rapero Pablo Hasel, informaron fuentes de la policía.
Las protestas se concentraron mayormente en Barcelona, donde los inconformes saquearon decenas de tiendas del centro de la ciudad y dañaron edificios, entre ellos el de la Bolsa y el Palacio de la Música Catalana, ambos emblemáticos de la localidad.
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Antes de los disturbios, unas 6 mil personas, según la Guardia Urbana, se reunieron en Barcelona para manifestarse contra el arresto de Hasel, quien se encuentra en prisión desde el martes pasado por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
Pese a que los organizadores llamaron a una protesta pacífica, poco después del inicio grupos de encapuchados quemaron contenedores, se enfrentaron con la policía, destrozaron mobiliario urbano y atacaron tiendas de las calles del eje comercial de Barcelona.
En Madrid, la manifestación reunió a cien personas y se desarrolló de forma pacífica en medio de un fuerte dispositivo de seguridad para evitar que se repitieran los disturbios del miércoles pasado que dejaron 19 detenidos y 55 heridos, 35 de ellos policías.
Ayer, en mensaje en las redes sociales, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, rechazó los destrozos ocasionados en la ciudad y mostró su apoyo a las fuerzas de seguridad.
“Defender la libertad de expresión no justifica en ningún caso destrozar todo tipo de mobiliario, asustar a vecinos, perjudicar comercios afectados por la crisis o atacar medios de comunicación”, indicó
Con la protesta de ayer suman cuatro días consecutivos con manifestaciones en España; se esperan otras este fin de semana.
El Código Penal español tipifica el enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona como “delitos de expresión” y serán modificados próximamente por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España.
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La reforma del Código Penal español también fue solicitada por organizaciones como Amnistía Internacional, la cual considera que la condena a Pablo Hasel es “desproporcionada”.
“Nadie debería ser condenado penalmente por tuitear o cantar algo desagradable o escandaloso”, dijo la organización en comunicado.
Hasel fue condenado en 2014 a dos años de cárcel por enaltecer en las letras de sus canciones el terrorismo, pero la Audiencia Nacional española decidió en septiembre de 2019 dejar en suspenso su ejecución durante tres años.
En 2018 volvió a ser juzgado por el mismo delito y otro de injurias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad. Aunque en un principio se le condenó a dos años de prisión, se le rebajó la pena a nueve meses de cárcel, sentencia que el pasado junio fue ratificada por el Tribunal Supremo.
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El Tribunal Supremo alegó en su fallo que la libertad de expresión no puede utilizarse como “paraguas” o “cheque en blanco” para fomentar y ensalzar actividades terroristas, y concluyó que los ataques del rapero al rey y a las fuerzas de seguridad “no es libertad de expresión, es odio y ataques al honor”.
Hasel también fue sentenciado en febrero de 2017 por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad o sus agentes, y en julio de 2018 por allanamiento de local.
El verano pasado, un juez lo condenó a seis meses de cárcel por agredir a un periodista de la televisión pública catalana (TV3) en una rueda de prensa.
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