Fiscales federales acusaron este viernes a nueve integrantes del grupo paramilitar Oath Keepers por conspirar para retrasar la certificación de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, varios de los cuales aún no habían enfrentado cargos por su papel en el asalto al Capitolio el 6 de enero.
Los fiscales señalaron que los acusados utilizaron tácticas militares mientras ingresaban al complejo legislativo, ya que mantuvieron las manos en la espalda del otro para comunicarse, y estaban en coordinación con otros integrantes de los Oath Keepers antes y durante el ataque.
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Los cargos se presentaron contra Sandra Parker, Bennie Parker, Kelly Meggs, Connie Meggs, Graydon Young y Laura Steele. De acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia (DOJ), todos fueron arrestados en días recientes.
Thomas Caldwell, Jessica Watkins y Donovan Crowl también fueron acusados, aunque los tres ya enfrentan otros cargos desde enero.
El ataque ocurrió mientras ambas cámaras del Congreso certificaban el triunfo en las urnas del actual presidente, Joe Biden. La reunión, encabezada por el entonces vicepresidente Mike Pence, fue interrumpida abruptamente luego de que decenas de partidarios de Trump invadieron el Capitolio. Los distrubios causaron cinco muertes.
Los partidarios del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que asaltaron el Capitolio incluyeron una mezcla de distintos grupos radicales, entre ellos el movimiento de ultraderecha Proud Boys y dos milicias de la misma tendencia, Oath Keepers y Three Percenters.
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Watkins, una líder del grupo Oath Keepers, creía que obedecía instrucciones de Trump cuando participó en el asalto, de acuerdo con documentos del DOJ difundidos el pasado 11 de febrero.
“A medida que se acercaba la inauguración, (Jessica) Watkins indicó que estaba esperando instrucciones del presidente Trump“, indicaron los fiscales en un documento citado por medios estadounidenses.
