La cantante Rihanna enfrenta una nueva acusación de apropiación cultural e insensibilidad religiosa, ahora por una fotografía que publicó en Twitter e Instagram, en la que aparece con los senos cubiertos por un brazo y un un collar que representa al dios hindú Ganesha.
“Simplemente no entiendo el propósito de tener un collar con Ganesha como parte de una campaña de lencería”, señala uno de los comentarios en Instagram, donde la imagen suma casi 10 millones de me gusta.
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Además de la joya, la fotografía incluye el texto: “yo no quiero que no uses lencería esta noche, mi amor”, frase de uno de los versos del DJ jamaicano Popcaan, con lo que enloqueció a los fans.
Esta polémica llega luego de que el grupo francés LVMH canceló de forma temporal la producción de ropa de la firma Savage X Fenti, propiedad de la cantante, debido a la crisis que atraviesa el sector por la pandemia de Covid-19.
Si bien la originaria de Barbados no se ha pronunciado al respecto, la cuenta de Instagram de Savage X Fenty también publicó la foto, que ya cuenta con más de 350 mil me gusta, junto con el texto: “Manténgase alejados de mi Instagram, pura tentación”.
No es la primera vez que la cantante es acusada de apropiación cultural e irrespeto religioso.
En octubre de 2020, durante el desfile de su línea de lencería Savage for Fenty Vol.2, se escuchó Doom, una canción del productor londinense Coucou Chloe, que contenía una mezcla con una narración de hadices, un escrito del Profeta Mahoma, considerado extremadamente sagrado para los musulmanes, y que sólo puede atribuirse al Corán.
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Ante la molestia de sus fans musulmanes, Rihanna publicó una historia en Instagram para pedir disculpas oficialmente.
“Me gustaría agradecer a la comunidad musulmana por señalar un gran descuido que fue involuntariamente ofensivo en nuestro show Savage X Fenty. Lo más importante es que me gustaría disculparme con ustedes por este honesto, pero descuidado error… En el futuro nos aseguraremos de que nada de esto vuelva a suceder. Gracias por su comprensión”, señaló.
Un año antes, en 2019, también recibió reproches luego de posar con ropa y adornos chinos para la portada de Harper’s Bazaar China; sin embargo, la publicación defendió que las imágenes tenían la intención de mostrar lo que sucede “cuando el icono del estilo occidental se encuentra con la estética oriental”.
