Lo que convirtió a Patrick Mahomes en uno de los mejores mariscales de campo de la NFL durante los últimos tres años fue su asombrosa habilidad para leer rápidamente la defensa, establecerse en la lectura correcta y permitir que su brazo de otro mundo haga el resto, lo que lo llevó a ganar el Super Bowl el año pasado, lo cual no ocurrió ante los Buccaneers.
Pero en su segunda oportunidad consecutiva, la defensa de los Buccaneers ni siquiera le dieron tiempo a Patrick Mahomes para apurar a su defensa en el Super Bowl.
Ya fuera empujando la línea ofensiva improvisada de Kansas City o atacando al que había sido el mejor mariscal de campo contra el blitz de toda la temporada, la defensa del coordinador de Tampa Bay, Todd Bowles, le hizo la vida miserable a Mahomes el domingo por la noche.
Mahomes completó 26 de 49 pases para 270 yardas y dos intercepciones en una paliza de 31-9 ante Brady y los Buccaneers en el Super Bowl LV que le negó a los Chiefs ser campeón consecutivo de la NFL.
NÚMEROS NEGATIVOS
Fue la primera vez que Mahomes, quien los llevó a su ganar su primer Super Bowl en cinco décadas la temporada pasada, perdió un juego que comenzó por más de una posesión desde el 19 de noviembre de 2016, cuando Texas Tech cayó 66-10 ante Iowa State.
Mahomes entró al juego con 17 pases de touchdown y sin intercepciones contra ese estilo de defensa esta temporada, pero falló sus primeros seis lanzamientos con una intercepción en esas situaciones el domingo por la noche.
Mahomes salió cojeando del campo en el Estadio Raymond James, y la paliza culminó los playoffs en los que sufrió una conmoción cerebral en la ronda divisional contra Cleveland y una lesión en un dedo del pie que probablemente requiera cirugía.
¿Una gran razón de sus problemas? El único jugador de su línea ofensiva en la misma posición en la que comenzó la temporada fue Austin Reiter, y al centro no le fue mucho mejor que al resto de sus compañeros.
El guardia Kelechi Osemele se rompió las dos rodillas al principio de la temporada. El tackle derecho Mitchell Schwartz se lastimó la espalda a mediados de año. El tackle izquierdo Eric Fisher se rompió el tendón de Aquiles en el juego por el título de la AFC. Y todo eso sucedió después de que Laurent Duvernay-Tardif y el recluta de tercera ronda Lucas Niang se retiraran debido a la COVID-19.
A CONTRACORRIENTE
Los Buccaneers marcaron la pauta contra los Chiefs en su primera serie defensiva, cuando Shaq Barrett fue desbloqueado para ayudar a frustrar el avance.
Más adelante en el cuarto, Jason Pierre-Paul metió su gran guante en un pase para ayudar a forzar otra patada de despeje, y Barrett volvió a hacerlo al forzar un tiro que llevó al segundo gol de campo de Kansas City más adelante en la primera mitad.
¿La primera vez que Mahomes tuvo tiempo? Travis Kelce soltó un pase en tercera oportunidad.
Los números de la primera mitad fueron sorprendentes: Mahomes acertó 9 de 19 para 67 yardas, mientras que su contraparte de Tampa Bay, Tom Brady, había dominado a la defensiva de los Chiefs en 140 yardas por aire y tres touchdowns para colocar a los Buccaneers en una ventaja de 21-6.
Pronto empujaron la ventaja a 28-9 y la potente ofensiva de Kansas City no pudo responder.
SIN OPORTUNIDAD
Barrett corrió a la derecha y superó al tackle izquierdo Mike Remmers para una captura a principios de la segunda mitad, y más presión llevó a Mahomes a lanzar un pase que fue interceptado por Antoine Winfield Jr.
En el último cuarto, Mahomes se quedó fuera de la bolsa en el cuarto down y tuvo que lanzar la pelota unas 50 yardas solo para llegar a la zona de anotación.
La pelota terminó rebotando en la máscara del corredor Darrel Williams y cayendo al césped incompleta.
Fue ese tipo de noche para Mahomes. Fue ese tipo de noche para los Chiefs.
AP
