AP.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este jueves enfrentar el “extremismo político” que provocó el asalto al Capitolio en enero pasado y llamó a la fuerza colectiva en el Desayuno Nacional de Oración, una tradición en la que se pide a los políticos dejar de lado sus diferencias durante una mañana.
“Sabemos ahora que debemos enfrentar y derrotar al extremismo político, la supremacía blanca y el terrorismo interno (…). Para muchos en nuestra nación, esta es una época muy, muy tenebrosa. Entonces, ¿a qué acudimos? A la fe”, comentó Joe Biden en el desayuno.
Te recomendamos leer: Biden anunciará cambios en política exterior; planea aumentar admisiones de refugiados en EU
Joe Biden se presentó en su campaña como alguien capaz de unir a los estadounidenses. El presidente, de religión católica, aprovechó el evento para hablar de su fe como una fuerza para el bien.
La fe, opinó Biden, “muestra el camino a seguir como una nación con un propósito común, respetarnos unos a otros, cuidarnos unos a otros, no dejar a nadie atrás”.
El senador demócrata Chris Coons dijo que el desayuno es “incluyente y positivo” y que “no se limita al cristianismo”, en alusión al catolicismo que profesa el presidente Biden.
El desayuno ha sido controversial en el pasado, en particular cuando el expresidente Donald Trump aprovechó el evento del año pasado para atacar a sus adversarios políticos y poner en duda su fe. Algunos liberales también critican esta reunión porque lo organiza una agrupación religiosa de derecha.
No te pierdas: Representantes demócratas despejan el camino para aprobar un nuevo paquete de estímulos por Covid
La capital de Estados Unidos enfrenta una serie de crisis históricas. El presidente Biden tiene dificultades para obtener el apoyo de los legisladores republicanos para aprobar un paquete de rescate económico por 1.9 billones de dólares.
Esto aumenta la probabilidad de que Biden utilice la mayoría demócrata para aprobarlo, pero no ayudaría a la unión partidista que pretende realizar.
Washington aún sufre las consecuencias de la insurrección del 6 de enero a la que Biden nombró como un impulso del “extremismo político”. Mientras tanto, el Senado juzgará a Donald Trump la semana próxima por incitar este ataque.
