El presidente Donald Trump levantó este lunes las prohibiciones de entrada a Estados Unidos a los viajeros procedentes de la Unión Europea, el Reino Unido y Brasil a partir del 26 de enero, pero la administración de Joe Biden no planea alivianar las medidas para controlar la propagación del coronavirus.
Jen Psaki, quien el miércoles reemplazará a Kayleigh McEnany como secretaria de prensa de la Casa Blanca, afirmó que el gobierno de Biden revertirá la decisión de Trump apenas esté a cargo, lo que ocurrirá en dos días.
También puedes leer: Director de la Oficina del Censo renunciará en medio de críticas por recabar datos sobre ciudadanía
“Con el empeoramiento de la pandemia y el descubrimiento de variantes más contagiosas en todo el mundo, este no es el momento de levantar las restricciones a los viajes internacionales”, afirmó en un tuit.
Trump impuso las restricciones de viaje a la mayoría de visitantes de Europa a mediados de marzo, mientras que la prohibición de entrada a viajeros de Brasil fue anunciada en mayo.
Aunque las medidas estaban programadas para expirar el mismo día en que entran en vigor los nuevos requisitos de pruebas de coronavirus para todos los visitantes internacionales, Psaki indicó que la administración de Biden “no tiene la intención de levantar estas restricciones el 26 de enero”, y más bien buscará “fortalecer las medidas en torno a los viajes internacionales para mitigar aún más la propagación del coronavirus”.
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia, con más de 24 millones de casos de coronavirus y casi 400 mil muertes, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins.
Te puede interesar: Trump anulará las restricciones de viaje por Covid-19 para Europa y Brasil
El viernes pasado, Biden presentó el plan de vacunación con el que buscará administrar 100 millones de vacunas contra el coronavirus en los primeros 100 días de su administración, y que incluye ampliar los criterios de elegibilidad, crear más clínicas y tomar medidas para aumentar la producción de dosis.
El presidente electo calificó la distribución de las dosis en Estados Unidos como un “fracaso estrepitoso” y advirtió que “las cosas van a empeorar antes de mejorar”.
“Tomará tiempo para que los cambios de políticas que vamos a realizar aparezcan en las estadísticas del coronavirus”, indicó.
