AP.- El vicepresidente Mike Pence ha sido el soldado más leal del presidente Donald Trump. Respalda de forma diligente al mandatario en cada situación caótica que se presenta.
Mike Pence se encuentra en la posición más complicada de su mandato mientras se prepara para presidir el recuento de votos del Colegio Electoral mañana miércoles en el Congreso. Este es el último intento de Trump por anular la victoria del presidente electo Joe Biden.
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Sentado en la tribuna de la Cámara de Representantes, Pence será testigo de la formalización de la derrota electoral de Donald Trump y, por ende, de la suya.
Los escrutadores de la Cámara y el Senado registran los votos electorales de los estados. Al final del conteo, el trabajo de Pence será anunciar quién ganó la mayoría de los votos tanto para presidente como para vicepresidente.
El todavía vicepresidente estadounidense está bajo una intensa presión por parte de Trump y los partidarios que quieren que Pence aproveche ese momento para anular el resultado final.
“Espero que Mike Pence nos ayude, tengo que decírselo”, dijo Trump en una rally ayer por la noche en Georgia antes de la segunda vuelta de elecciones para el Senado.
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“Por supuesto, si no lo logra, no me gustará tanto”, ironizó Trump. El mandatario añadió que Pence “iba a tener mucho que decir al respecto”.
El vicepresidente Pence ha pasado horas al lado del presidente, así como con el Senado. Su oficina se negó a discutir sus planes de cara al recuento de mañana. Personas cercanas a él enfatizaron su respeto por las instituciones y dijeron que esperan que actúe de acuerdo con la ley y con la Constitución de Estados Unidos.
“Creo que él abordará esto como un constitucionalista, básicamente, y dirá, ‘¿Cuál es mi papel en la Constitución como presidente del Senado?'”, dijo David McIntosh, presidente del Club for Growth y amigo de Pence.
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McIntosh prevé que Pence permitirá que se escuche a cualquiera que vaya a oponerse, pero luego “acatará lo que la mayoría del Senado vea como resultado”.
Al cumplir una de las pocas responsabilidades formales de la vicepresidencia, Mike Pence también corre el riesgo de comprometer su propio futuro político. Él considera su propia candidatura a la Casa Blanca en 2024 y confía en sus años de lealtad a Trump, que probablemente será el principal líder del Partido Republicano, para ayudarlo a sobresalir en su postulación.
Eso significa que debe evitar hacer enojar a Trump, al igual que a una gran base republicana, que han aceptado las afirmaciones sin fundamento de fraude electoral.
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Ellos también creen que Pence tiene el poder de revertir el resultado al rechazar los votos de estados como Georgia, Michigan, Wisconsin y Pennsylvania. Joe Biden se llevó los cuatro y fueron claves para ser electo presidente en noviembre pasado.
El miércoles a partir de la 1 p.m. (tiempo del Este), Pence presidirá una sesión conjunta del Congreso. Su función será abrir los certificados de los votos electorales de cada estado y presentarlos a los “escrutadores” designados de la Cámara de Representantes y del Senado. Al final del conteo, le corresponde a Pence anunciar quién ganó la elección.
En 2017 le tocó a Biden, hoy presidente electo, decir “se acabó” después de anunciar el triunfo de Trump y Pence.
