Un juez federal desestimó este viernes una demanda encabezada por un republicano de la Cámara de Representantes que tenía como objetivo otorgar al vicepresidente Mike Pence el poder de anular los resultados de las elecciones presidenciales ganadas por Joe Biden cuando el Congreso formalmente certifique los resultados del Colegio Electoral.
Pence supervisará la sesión del miércoles y declarará al ganador de la carrera por la Casa Blanca. Este mes, el Colegio Electoral comprobó la victoria de Biden. Los múltiples esfuerzos legales de la campaña del presidente Donald Trump para desafiar los resultados han fracasado.
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La demanda nombró a Pence, quien tiene un papel mayoritariamente ceremonial en el proceso, como el acusado y pidió al tribunal que derogue la ley de 1887 que explica cómo el Congreso maneja el conteo de votos. Afirmó que el vicepresidente “puede ejercer la autoridad exclusiva y la discreción exclusiva para determinar qué votos electorales contar para un Estado determinado”.
Al desestimar la demanda presentada por el representante Louie Gohmert, republicano por Texas, y un grupo de electores republicanos de Arizona, el juez de distrito de Texas Jeremy Kernodle, designado por Trump, escribió que los demandantes “alegan una lesión que no es razonablemente rastreable” a Pence, “y es poco probable que se repare con el alivio solicitado”.
El Departamento de Justicia representó a Mike Pence en un caso que tenía como objetivo encontrar una manera de mantener al presidente Donald Trump, en el poder. En una presentación judicial en Texas el jueves, el departamento indicó que se demandó “al acusado equivocado”, si alguno de los demandantes tiene “un reclamo judicialmente reconocible”.
El departamento apuntó que la demanda se opone a los procedimientos de larga data establecidos en la ley, “no a ninguna acción que haya tomado el vicepresidente Pence“, por lo que él no debería ser el objetivo de la demanda.
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“Una demanda para establecer que el vicepresidente tiene discreción sobre el cargo, presentado en su contra, es una contradicción legal andante”, argumentó el departamento.
Trump, el primer presidente en perder una candidatura a la reelección en casi 30 años, ha atribuido su derrota a un fraude electoral generalizado. Pero una serie de funcionarios electorales no partidistas y republicanos han confirmado que no hubo fraude en la contienda de noviembre que cambiaría los resultados de las elecciones. Eso incluye al ex fiscal general William Barr, quien dijo que no veía ninguna razón para nombrar un fiscal especial para investigar las afirmaciones del presidente sobre las elecciones de 2020. Renunció a su cargo la semana pasada.
Trump y sus aliados han presentado aproximadamente 50 demandas que impugnan los resultados de las elecciones, y casi todas han sido desestimadas o retiradas. También perdió dos veces en la Corte Suprema.
