Personal médico en la pandemia: Condecorados… y maltratados

El 100% del personal de salud ya fue vacunado: Claudia Sheinbaum
Foto: Cuartoscuro

Por Ana Lucía Hernández

Personal de salud ha enfrentado nueve meses de pandemia por Covid-19 sin equipo de protección, sin bonos por riesgo de trabajo, con escasez de material y de medicamentos. En hospitales de todo el país se han registrado brotes entre médicos y enfermeras. No todos los contagiados la han librado.

“No cuadra el discurso de que ustedes son los héroes necesarios para esta sociedad, y por el otro, no te doy el equipo y tampoco bonos (…). De aplausos no se vive y de medallas y reconocimientos no se van a mantener los huérfanos de los compañeros caídos”, asegura Rafael Soto, vocero de la Unión Nacional de Trabajadores por la Salud.

De acuerdo con Amnistía Internacional, hasta septiembre de 2020 murieron cerca siete mil profesionales de la salud en todo el mundo. Al menos mil 320 de esos fallecimientos ocurrieron en México. Es decir, uno de cada cinco. Horroroso primer lugar.

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Contagiados y con bono incompleto

José, como llamaremos a un enfermero del Hospital General de Zona No. 27 del IMSS en la Ciudad de México, ha dado positivo a Sars-CoV-2 dos veces. La primera, le dieron 21 días de incapacidad; la segunda, la mitad: “Cuando volví a salir positivo me pegó durísimo y ya habían reducido la incapacidad a 10 días, te sintieras como te sintieras (…) Además la dan por enfermedad general, no por riesgo de trabajo”.

A tres kilómetros del hospital donde trabaja José, está el Centro Médico Nacional La Raza. Ahí trabaja Gabriela, también es enfermera. También se contagió. “Fue de un día a otro que empecé a sentir mucho cansancio y dolor de cabeza, horrible, dolor de piernas y de pecho. Esto fue el primero de diciembre. Al día siguiente estuvo peor, así que pasé al triage… me hicieron la prueba y salí positiva”, relata.

“Un día antes de que se acabara la incapacidad fui, me sentía mal, pero me dijeron que solo estaba congestionada y que me tenía que presentar a trabajar”, agrega en entrevista con Latinus.

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Aunque José y Gabriela pasan lista en el área Covid, no les han cumplido la promesa del bono especial, aseguran que el gobierno federal le ha mentido a los trabajadores: “A mí me empezaron a pagar bono en el Hospital General del 27 de mayo a agosto, pasando agosto ni uno solo ha llegado”, dice José.

Lo mismo le ha pasado a Gabriela: “Exagerando, yo creo que he recibido el bono 5 veces, en casi un año de pandemia. Nos dicen que es un tema de administración, otros nos dicen que tenemos que completar ciertas horas para que nos lo puedan pagar (…) De los cinco días que trabajo, yo entro al área Covid cuatro y eso es un riesgo”. 

Otro problema, además del contagio y la falta de bono, son las condiciones en las que trabajan. 

“El Hospital 27 se convirtió, a partir del 16 de diciembre, en 100% Covid. Aquí te dan poco material, no hay botas ni cubrebocas… tampoco tenemos lockers, tenemos que estar al pendiente porque te pueden robar tus cosas afuera del área Covid”, reclama José. 

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“Tal parece que no valemos”: laboratoristas

Sandra no es enfermera ni médico, pero ha estado en la primera línea de batalla desde que comenzó la crisis sanitaria. Su función es tan arriesgada como primordial: sin su trabajo no hay diagnóstico.

“Si yo no voy y no hago un hisopado faríngeo o nasofaríngeo y no hay colegas que procesen la muestra, ¿cómo sabría un médico que está frente a un paciente positivo?, ¿cómo daría tratamiento sin un resultado de laboratorio?”, asegura.

Ella toma muestras durante toda su jornada, principalmente en urgencias y terapia intensiva. Su contacto con el virus es todos los días, a todas horas. Durante nueve meses ha tenido que comprar su propio equipo de protección. Recuerda con enojo que al inicio de la emergencia sanitaria llegaron al hospital cubrebocas de un lote de 2009. No tuvo de otra más que usarlos.

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Igual que Sandra, Luis trabaja en el Hospital General Regional No.1. Carlos Mac Gregor del IMSS. También es laboratorista. “Cuando tú estás haciendo la prueba, el paciente te puede estornudar en la cara, eso es una reacción normal. Con esos aerosoles te contagias de inmediato, el riesgo es grande. Uno entra a la toma de muestra, poniéndose plásticos en las piernas, plásticos en el pecho”, asegura.

Para Sandra y Luis no han habido bonos. Ni uno solo. Los laboratoristas del IMSS fueron mencionados por el Director General del Instituto hasta que alzaron la voz. “Zoé Robledo salió a decir que laboratorio es parte fundamental contra la pandemia y bla, bla, bla, pero lo dijo porque ese día personal paró labores y no hubo toma de muestra (…) Todo lo que el director dijo queremos que se manifieste por escrito, porque se escucha bonito, pero no tenemos ninguna garantía”, afirma Luis.

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“Exigimos que sea retroactivo, hemos estado trabajando desde marzo sin incentivos, sin bonos, sin ayudas. Si nada más nos quieren dar lo de noviembre o diciembre, no es justo (…) Yo como químico he estado trabajando desde que comenzó esto, he hecho guardias festivas sin el pago extra que han recibido doctores y enfermeras y mi trabajo me costó, soy profesionista y me expongo igual que ellos”, afirma Sandra.

En nueve meses Sandra y Luis han pasado de todo. Les ha tocado despertar con miedo por ir a trabajar y también salir llorando de impotencia:  “La cantidad de muertes que nos ha tocado ver es impresionante. Yo me he quedado con tubos en la mano y ver que se te muere el paciente, ver que cae en paro. En un inicio se nos dio apoyo sicológico, desde junio no recibimos nada. Yo pago por mi cuenta las sesiones”, concluye Sandra.

Los olvidados del INER

En palabras del director del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Jorge Salas Hernández, el hospital se ha convertido en “la gran terapia intensiva del país”. De los mil 700 pacientes graves que han atendido desde marzo, se han salvado mil 12. Es decir, tres de cada cinco.

Los trabajadores de este Instituto, que depende de la Secretaría de Salud Federal, lamentan que los reconocimientos para ellos sólo sean de palabra. “Todo el personal del INER, personal médico, enfermería, administrativo, limpieza, camillería, lavandería, todos, todos, está haciendo su mejor trabajo, pero hay mucha inconformidad porque a otras instituciones sí les llegan estímulos económicos y aquí en el INER estamos olvidados por las autoridades”, asegura Manuel, en entrevista con Latinus.

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“En el seguro les están dando bono Covid, pero a nosotros no nos ha llegado nada de eso. Y eso que el INER se convirtió en hospital Covid 100 por ciento (…) Las autoridades dicen que no está autorizado para nosotros”, agrega.

“Somos un hospital Covid al 100% y créame que todo el personal está agotado. Ojalá el doctor Hugo López Gatel voltee a ver al INER o vaya a hacer algún recorrido para ver las carencias que tenemos, sobre todo de personal”.

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Rafael Soto, vocero de la Unión Nacional de Trabajadores por la Salud, considera que las autoridades y los sindicatos han quedado a deber al personal. Critica que no se les proteja, que no se les garantice lo mínimo para trabajar sin riesgo y que las condiciones laborales sigan siendo desventajosas. 

Sobre la saturación de hospitales que tiene en jaque al personal de salud considera que es resultado de la irresponsabilidad de la gente que no se cuida, pero también del pésimo manejo que el gobierno ha hecho de la pandemia: “esta es la consecuencia directa de haber sido soberbios, ingenuos o simplemente mentirosos”, concluye.

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