AP. – A días del cambio en el poder, otro preso que el gobierno de Estados Unidos tiene programado ejecutar el próximo mes dio positivo a coronavirus, dijeron sus abogados el viernes.
El diagnóstico de Corey Johnson llega un día después de que los abogados de Dustin John Higgs confirmaron que él dio positivo a Covid-19 en una prisión en Terre Haute, Indiana, donde ambos están en el corredor de la muerte. El preso fue condenado por matar a siete personas relacionadas con el tráfico de drogas en Virginia
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El gobierno de Donald Trump planea ejecutar a Johnson, Higgs y un tercer recluso, Lisa Montgomery, mediante una inyección letal en el complejo penitenciario federal de Terre Haute pocos días antes de que Biden asuma el cargo. El presidente entrante está en contra de la pena de muerte.
Los abogados de Johnson, Donald Salzman y Ronald Tabak, pidieron a las autoridades federales que anulen la actual fecha de ejecución de su cliente, el 14 de enero. Está previsto que Higgs muera un día después. La fecha de ejecución de Montgomery es el 12 de enero, pero debido a que ella es la única mujer en el corredor de la muerte federal, está una prisión para reclusas en Texas.
También dijeron que el contagio dificultaría la interacción con Johnson en los días previos a su ejecución, y agregaron que “el brote generalizado en el corredor de la muerte federal sólo confirma el desprecio imprudente por las vidas y la seguridad del personal, los presos y abogados por igual”.
Johnson mató a siete personas en 1992 en un intento de expandir el territorio de una pandilla de Richmond, Virginia; su equipo legal ha argumentado que él tiene una discapacidad intelectual y, por lo tanto, no es elegible para la pena de muerte.
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Higgs fue condenado por ordenar los asesinatos de tres mujeres en 1996 en Maryland. Montgomery fue sentenciada por usar una cuerda para estrangular a una mujer embarazada en 2004 y luego usar un cuchillo de cocina para cortar a la niña del útero, dijeron las autoridades. Ella sería la primera mujer ejecutada a nivel federal en más de medio siglo.
La administración de Trump reanudó las ejecuciones federales en julio después de una pausa de 17 años, y ha realizado 10 desde entonces. Ha ejecutado a más personas en un solo año que cualquier otra administración en más de 130 años.
