AP. – La administración de Donald Trump planea realizar cinco ejecuciones federales más antes de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden. El primero seré un integrante de una pandilla callejera de Texas que será ejecutado el jueves por su rol en los asesinatos en 1999 de una pareja de Iowa cuyos cuerpos quemó en el maletero de su coche.
Brandon Bernard tenía 18 años cuando él y otros cuatro adolescentes secuestraron a Todd y Stacie Bagley tras una misa dominical en Killeen, Texas. Bernard sería el noveno preso federal ejecutado desde julio, cuando el presidente Trump puso fin a una pausa de 17 años en esta práctica.
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Si Bernard, de 40 años, recibe una inyección letal según lo planeado en la prisión federal en Terre Haute, Indiana, sería una ejecución poco común de una persona que estaba en su adolescencia cuando ocurrió el crimen.
Una creciente oleada de celebridades, incluida Kim Kardashian, presionó a las autoridades detengan la ejecución.
Justo antes de que se programara, los abogados de Bernard presentaron documentos ante la Corte Suprema para detener la ejecución. El equipo legal se expandió para incluir dos abogados de muy alto perfil: Alan Dershowitz, el retirado profesor de derecho de Harvard que formó parte del equipo de defensa del juicio político de Donald Trump y cuyos clientes han incluido a O.J. Simpson, Claus Von Bulow y Mike Tyson; y Ken Starr, quien también defendió a Trump durante el juicio político y además dirigió la investigación sobre Bill Clinton.
Bernard ha estado tejiendo en prisión e incluso formó un grupo en el corredor de la muerte en el que los reclusos han compartido patrones para hacer suéteres, mantas y sombreros, dijo Ashley Kincaid Eve, una activista contra la pena de muerte.
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Eve reenvió a The Associated Press la última comunicación de Bernard con ella el miércoles, en la que escribió: “¡Me siento bien hoy!”. Eve, quien es una abogada pero no ha representado a Bernard, dijo que Bernard no estaba tan resignado a morir como otros ejecutados este año.
“Quiere vivir desesperadamente”, afirmó.
Las ejecuciones federales durante una transferencia del poder presidencial también son raras. La última vez que hubo ejecuciones en un periodo de transición fue al final del mandato de Grover Cleveland en la década de 1890.
Los defensores argumentaron en el tribunal y en una petición de indulto a Trump que Bernard era un miembro de bajo rango del grupo. Dicen que ambos Bagley probablemente murieron antes de que Bernard incendiara el vehículo, una afirmación que entra en conflicto con el testimonio del gobierno en el juicio. Bernard, afirman, ha expresado remordimiento en varias ocasiones.
“No puedo imaginar cómo se sienten por perder a su familia”, dijo Bernard sobre los familiares de los Bagley en una declaración en video de 2016 desde el corredor de la muerte. “Ojalá todos pudiéramos volver atrás y cambiarlo”. También describió haber participado en programas de alcance juvenil y abrazar la religión, diciendo: “He tratado de ser una mejor persona desde ese día”.
El Departamento de Justicia ha optado por no retrasar la ejecución de Bernard, la de otro preso el viernes y tres más en enero, pese a que ocho funcionarios que participaron en una ejecución el mes pasado dieron positivo a coronavirus.
El gobierno de Trump ya ha realizado ocho ejecuciones federales en el 2020, más que en los 56 años anteriores juntos.
