AP.- Los brasileños apostaron en las elecciones municipales por políticos que, en su mayoría, no habían recibido el apoyo del presidente Jair Bolsonaro, en la primera votación desde que el derechista fue electo en 2018.
En las más de 5 mil 500 ciudades del país, los brasileños acudieron el domingo a las urnas para elegir alcaldes y concejales, en la primera votación desde que el derechista fue electo en 2018.
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La ola de renovación que dos años atrás catapultó a la presidencia a Bolsonaro cedió ante la prevalencia de candidatos y partidos tradicionales, que se alzaron con victorias en las dos principales capitales.
En Sao Paulo, el mayor Colegio Electoral del país, el actual alcalde, Bruno Covas, ganó con una diferencia de más de 12 puntos, pero no le alcanzó para evitar una segunda vuelta con el izquierdista Guilherme Boulos.
En las ciudades de más de 200 mil habitantes en las que ningún candidato a alcalde superó el 50% de los votos válidos, habrá una segunda vuelta el 29 de noviembre entre los dos más votados.
El presidente, quién no está afiliado a ninguna fuerza tras haber abandonado el Partido Social Liberal (PSL) en 2019, había prometido que no se involucraría en la campaña, pero hizo un tibio proselitismo en redes sociales por una decena de candidatos.
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Se estima crecimiento de la oposición
Pero los pobres resultados de los candidatos apoyados por Bolsonaro exhibieron la flaqueza del presidente, quien probablemente intentará ser reelegido en 2022, según analistas consultados por The Associated Press.
Una de las mayores frustraciones para Bolsonaro se dio en Sao Paulo, donde el presentador televisivo y diputado federal Celso Russomanno, de Republicanos, quedó relegado al cuarto lugar.
“Los resultados muestran un debilitamiento de Bolsonaro y la posibilidad de que crezca la oposición”, dijo Mauricio Santoro, politólogo de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Las autoridades esperaban altos niveles de ausencia, debido a la pandemia por la Covid-19, en momentos en que las infecciones repuntan en algunas capitales.
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Macapá, en el norte brasileño, fue la única ciudad donde no hubo elección. La capital de Amapá lleva casi dos semanas con un esquema de racionamiento de energía, tras un incendio que dañó una subestación de electricidad.
