AP.- El presidente Donald Trump perdió las elecciones de Estados Unidos, pero el trumpismo no lo hizo.
Ganó en algunas partes del país y con los votantes a quienes Trump atendió durante cuatro años, golpeando constantemente los bordes duros de casi todos los temas culturales polémicos.
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Joe Biden derrotó a Trump para ganar la presidencia y está en camino de ganar hasta 306 votos electorales, un total que igualaría lo que Trump exageró como un “deslizamiento de tierra” hace cuatro años.
Demócratas no llegan al Senado
En un año electoral típico, tal victoria significaría que Biden se habría llevado a otros demócratas con él.
En cambio, varios candidatos demócratas prometedores al Senado y la Cámara, incluidos los titulares, perdieron.
Para el republicano, la situación fue la inversa. Su popularidad entre los votantes de su base ayudó a proteger a los republicanos en funciones, pero no fue suficiente para salvarlo.
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Obtuvo más votos para presidente que cualquier otro candidato. Excepto Biden. El resultado no cambió el hecho de que gran parte del país todavía habla dos idiomas políticos diferentes.
“Todos dijeron que si Biden gana, los demócratas ganan el Senado. Si Trump gana, los republicanos ganan el Senado “, dijo Rahm Emanuel, ex alcalde de Chicago y jefe de gabinete del presidente Barack Obama.
“Eso no es lo que pasó. Claramente hubo una resaca”, dijo Emanuel.
Emanuel dijo que los demócratas pueden haberse equivocado, al no ofrecer planes más claros sobre cómo reconstruir la economía y al mismo tiempo ganar control sobre el virus.
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“Trump jugó con la fatiga de la gente sobre el coronavirus“, dijo.
“Si hubiéramos tenido el mismo sentido de urgencia para poner la economía en movimiento como lo hicimos para controlar Covid, podría haber sido diferente”.
“Está claro que hubo más frustración de los votantes con Trump que con la ideología del Partido Republicano“, dijo Mike Murphy, estratega de varias campañas presidenciales republicanas que rompió con su partido por Trump.
